"El Madrid del Buitre era mejor que éste"

Entrevista Hristo Stoitchkov

"El Madrid del Buitre era mejor que éste"

"El Madrid del Buitre era mejor que éste"

Anda estos días por los Estados Unidos despidiéndose de su último equipo, el DC United, puesto que tomó la decisión de colgar las botas e incorporarse al cuerpo técnico del Barça, está por ver en calidad de qué.

¿Por qué es usted tan antimadridista? Este es el mejor momento para arrepentirse. ¡Incluso para cambiar de bando!

No, gracias. Soy muy del Barça, el equipo que me fichó y con el que me identifiqué. Rápidamente entendí la rivalidad Madrid-Cataluña: estás con unos o con otros, y yo estoy con los míos. Si uno es del Barça, el Madrid es el enemigo.

¿Y el mejor equipo del mundo hoy, con perdón?

Este Madrid es un buen equipo, pero el de la Quinta del Buitre fue mejor.

Usted no es búlgaro: es marciano.

Soy búlgaro y lo veo así. Aquel Madrid de Butragueño, Michel, Hugo... Jugaba bien siempre y ganó cinco ligas, dos uefas, tuvo muy cerca la Copa de Europa. Era un equipazo, mejor que el de ahora. ¡Hugo Sánchez! Ése es un delantero para la historia del Madrid.

¿Y Ronaldo?

Fantástico, pero apenas lleva trece meses en el Bernabéu.

¿El mando en nuestro fútbol cambia cuando se va Hugo y llega usted o es simple coincidencia?

No me gustó nunca comparar futbolistas ni equipos. Ellos tuvieron su época y nosotros la nuestra. ¡Todo el mundo se enamoró del Dream Team de Johan! Un día empezamos a ganar títulos y los ganamos todos. En cien años de barcelonismo, ese cuatrienio es el periodo en que más disfrutó la gente. En la época moderna, seguro.

¿Es verdad que usted empezó de central?

Verdad. Empecé ahí y poco a poco me fueron subiendo hacia el ataque. De delantero puro empezaría con 11 ó 12 años. Fue algo que me gustó el día que metí mi primer gol: siempre recordaré aquella emoción.

¿Cómo fue aquel primer gol?

Un remate con el pie, desde cerca. Perdíamos por 1-0 y supuso el empate. ¡1-1 y a defender otra vez!

Puesto que fue central, ¿al Madrid le falta uno?

Probablemente. Pero todo equipo que apuesta por el juego ofensivo sufre atrás. El Dream Team también perdió partidos incomprensibles. Entonces se echa la culpa a la defensa; es lo fácil. Siempre recordaré nuestra eliminación de la Champions en octubre del 92, después de haberla ganado en Wembley, en el mes de mayo. Jugamos contra el CSKA de Moscú y, en la ida, empatamos a dos. La vuelta en casa se envolvió en un ambiente raro, pues se habló más del dinero que iba a ingresar el club que de fútbol. El resultado fue que perdimos por 2-3 y se acabó todo: la magia de la Copa de Europa, el dinero, el buen fútbol... Todo fue por una lamentable falta de concentración. Quizá al Madrid le pase eso en alguna ocasión. Y en el fútbol de ahora, ya se sabe: no hay enemigo fácil y el que se despista, pierde.

El Barça lleva mucho tiempo despistado, entonces.

El origen de tanto desastre está en la última etapa de Núñez.

¿Ah, sí?

Fue mi primer presidente, mantengo con él y su familia una relación de amistad pese a que nos enfriamos cuando en el 95 me marché al Parma. Su gran error fue creer en Louis van Gaal y darle todo el poder. No es que fuera buen o mal entrenador, ¡es que no supo nunca dónde estaba! Y pese a que ganó dos veces la Liga y una la Copa, con él empezó a caer el Barça: se fue rompiendo la unión del vestuario, que era uno de los mayores tesoros del club, y debilitándose cada día.

¿La marcha de Figo fue la puntilla?

Un club como el Barça no puede perder a Figo y a Ronaldo.

¡Eso digo yo!

Siento un gran respeto por Luis Figo, que fue un excelente compañero el tiempo que pasamos juntos, cosa de año y medio. Tuvo que tomar una decisión muy importante y la tomó... en blanco. Pero ahí le digo, ni él ni Ronaldo debieron marcharse. Ni gente como Amor, Ferrer o yo mismo. Van Gaal lo hizo porque estaba convencido de que el mejor era él y los demás sobrábamos o éramos perfectamente recambiables. Esa soberbia le condenó y también al Barça: consiguió que después de cien años, la gente dejara de ir al Camp Nou.

La otra cara fue Cruyff, claro.

A pesar de que tuvimos algún pique personal, Cruyff hizo un equipo, un ambiente, un vestuario: un grupo de campeones. Por eso la gente añora aquellos tiempos y siente la necesidad de que el Barça vuelva a ser un equipo.

Pero no todos en el Barça aplauden el regreso de tanta gente del Dream Team al cuerpo técnico. Los hay que dicen que es como si en el club no hubieran existido más que ustedes. Lo percibe, claro.

Sí lo percibo y me parece muy mal.

¿Por qué?

Pues porque no se puede criticar a una directiva que acaba de empezar. ¡Hay que ayudarla en su tarea de reflotar el club! Y no lo tiene fácil precisamente. Pero dudar de la calidad y del barcelonismo de gente como Txiki Begiristain, Amor, Eusebio, Busquets o Alexanco, es de tontos. Ellos han vivido años malos y buenos en el Barça y saben cómo corregir tantos errores como los que se han cometido estos últimos años, con la ayuda del presidente Laporta y del vicepresidente Rosell. Criticar que el Dream Team vuelve es horrible.

¿Qué opinión le merece Rijkaard?

Me parece una persona tranquila, con la cabeza en su sitio, muy concentrado en su trabajo. En este momento creo que son los jugadores los que deben ayudar al entrenador. Rijkaard no juega; si ellos aceptan lo que él les dice, el Barça elevará su nivel.

Usted será de Kluivert, claro.

Me gustó siempre, es un gran delantero. Lo que sucede, y eso deben manejarlo bien él y todos, es que el partido son 90 minutos y pasan muy rápidamente. El trabajo de la semana es la clave, ahí es donde hay que machacarse. De lunes a viernes, ¡a tope! Porque luego, ya le digo, es hora y media. Visto y no visto.

¿Y Henry?

Marca la diferencia en el Arsenal y sí, aporta muchísimas cosas. Pero quizá el Barça no necesita a Henry...

Eso me dijo Luis Fernández. Es más: que él ficharía a Trezeguet y la prensa catalana le ha dedicado portadas al de la Juve. Luis no jugó en el Dream Team, es más, lo eliminó una vez de la Champions estando en el PSG, pero quizá deberían ficharlo...

¡Luis está en el Espanyol, ja, ja! Bueno, yo no se si se trata de Trezeguet, o del propio Henry llegado el caso. Lo que tengo claro es que fichar hoy sería poner un parche. Los que mandan y toman decisiones son otros y, desde luego, si acabo incorporándome al Bar-ça será sin pretender que mi presencia sea un problema para otros.

¿En qué trabajará?

No hay nada definido. Llegué al Barça con 23 años, me fui y siempre pensé que volvería. Pero, insisto, no quiero que ningún entrenador del fútbol base piense que voy a perjudicarle. Pudiera ser que trabajara con los delanteros, no sé... ¿Relaciones con los árbitros? ¡Ja, ja! Eso es agua pasada; me equivoqué con Urízar y con otros y pedí perdón. Mi puesto está en el campo.

Usted que fue Bota y Balón de Oro, ¿da su OK a Nedved y a Zidane como FIFA World Player?

Si los distingueron será por algo y, bueno, con Zidane pude jugar yo en el Barça, pues Cruyff lo pidió cuando estaba en el Burdeos... Pero yo a Laudrup no lo cambio por nadie.

¿Ronaldo, Ronaldinho?

Sobre Ronaldo le digo que fue una pena que se marchara, me sigue dando rabia cuando lo pienso. Pero hubo mucho dinero de por medio y cuando eso aparece, se rompe todo. No sé... Quiero creer que el fútbol sigue siendo más importante que el dinero.

Quizá por eso está en el Madrid...

Se fue al Inter, primero. Pero, bueno, en la vida se toman decisiones y se apechuga con ellas. Ronaldinho tiene cualidades para ser un grande. Acaba de empezar, viene de Francia... Esto es más serio. Tiene a su favor la calidad y que los brasileños triunfaron de azulgrana: Romario, Ronaldo, Rivaldo...

¡Ay si tuviera usted 25 años!

No se engañe, un jugador no hace un equipo. Ni conviene hacer una doctrina de eso. ¿Qué serían los demás, entonces? ¿Un desastre?

Ya. ¿Y Beckham?

Tuvo la suerte que tuve yo, la de tener un entrenador como Ferguson que le exigió desde niño y le ayudó a aumentar su fuerza interior, sobre todo. A mí me pasó con Cruyff. El entrenador tiene que exigir en el trabajo. Yo era y soy amigo de Johan, pero en los entrenamientos, lo que al enemigo: ni agua.