El crack es Vicente

Valencia se mete en la pelea porque tiene un jugador inmenso, Vicente, desde hace tiempo mucho más determinante que Aimar pero sin tanta parafernalia a su alrededor. Wenger se equivocó con Reyes porque éste es el crack, para suerte de Ortí, que tanto se quejó del árbitraje de Tristante y anoche se encontró con dos penaltis a favor a los veinte minutos. Mestalla puede volver a soñar con luchar con el Madrid por la Liga. Son seis puntos, dos partidos, que ahora no parece tanta distancia para dar alcance a los galácticos, siempre que vuelvan a tiempo las otras estrellas de Benítez.

Porque Baraja no está bien, volvió a fallar desde los once metros, y Aimar no tiene suerte, nueva lesión muscular a la media hora. Mientras vuelven, a Vicente le sale todo. Enmendó el primer error desde los once metros, le metió dos balones al larguero a Molina, logró un segundo gol espectacular y adronó su brillante partido con un centro medido a Sánchez. La banda izquierda es suya, desde luego, y más sintiendo en sus espaldas el oficio de Carboni, al que van a premiar este mes con un año más de contrato.

No es habitual en este diario premiar con cuatro ases a un jugador pero Vicente entró por méritos propios en este selecto grupo de mega cracks. Porque él solito se bastó para quitar de un plumazo a un aspirante y meter mucho más presión al Madrid. Así que a la galaxia la amenaza el galáctico de Benítez, amo y señor de la banda izquierda, con desparpajo y pegada.

Tampoco es el Depor tuviera fortuna pero, al menos, no perdió la fe, ni por supuesto la cara al partido. Dos penaltis en contra y la expulsión de Mauro, demasiado castigo, porque ya es bastante suplicio que Molina se ponga otra vez bajo palos para intentar frenar la segunda embestida desde los once metros. Pero Vicente no falló. Ahí se escapó el sueño del Depor, pese a que terminó encerrando al Valencia. Tiró a por el partido y sembró las dudas en Mestalla, aunque claro, no fue bastante el buen hacer de Sergio para tener el balón porque tuvo que redoblar su intensidad por la zona ancha. Tampoco Luque no rompió por velocidad y dejó muy escasa la presencia en ataque de Valerón. Al menos, dio una buena lección porque la grada volvió a recriminar recriminar la actitud, rácana, por momentos del Valencia.

Estuvo más metido el Depor pero Pandiani tuvo para desesperarse porque aparte de la brega de Scaloni no tuvo muchos más argumentos para sacar el rifl e. Tardó en entrar Tristán aunque a esas alturas el Valencia ya se había tapado bien por atrás, entre otras cosas porque Mista no asumió su rol cuando cayó Aimar. Por ahí se rompió la conexión y empezó el acoso gallego. Apretó de lo lindo porque hasta dio una buena lección de orgullo en el último sprint. Pero también es verdad que al Valencia se le puso el partido como más le gusta. Ventaja en el marcador y a vivir con suficiencia de su solidez defensiva y del buen momento de Cañizares, que tuvo más trabajo que Molina.

El detalle: 3’15’’ en lanzar un penalti

Entre el derribo de Romero a Vicente, justo sobre la raya (6’37’’), y el lanzamiento de Baraja que Molinadetuvo (9’52’’) pasaron 3’15’’.