Los dirigentes arbitrales de la UEFA han recomendado a sus subordinados que expliquen gestualmente las decisiones que no entiendan los jugadores. Es decir, los dirigentes de la UEFA quieren que los árbitros expliquen gestualmente sus errores. Porque cuando han acertado no hace falta que expliquen nada. Los jugadores de alto nivel saben perfectamente cuándo el árbitro se ha equivocado. Otra cosa es que quieran reconocerlo o que aprovechen cualquier jugada polémica para meter presión.

La intención final de la UEFA debe estar destinada a los aficionados que siguen los partidos en los estadios o por la televisión. Pero la mayoría de los aficionados son de uno u otro equipo y lo que quieren es que el árbitro pite a su favor. Así que cuando la decisión no les caiga bien se enfadarán por mucho que se lo expliquen.

Los gestos arbitrales están bien para los deportes de equipo en los que se detiene el cronómetro cada vez que se comete una infracción, como el baloncesto o el fútbol americano. En estos casos se pueden recrear. Pero en los demás deportes, en los que no se para el reloj, como el fútbol, lo mejor es no entretenerse en lo superficial. Lo ideal es señalar lo que haya que señalar como indican los cánones de toda la vida y, si acaso, hacer un gesto discreto para argumentar la decisión. Los gestos, para los jugadores.