Un punta que admira a Francescoli

Antonio Pacheco (Montevideo 11-04-76) es conocido en su país como "el genio", apodo que le colocó un periodista amigo. El punta del Albacete comenzó jugando en el Unión Vecinal hasta los 12 años, momento en el que su padre Julio y un amigo de éste, el internacional uruguayo Cacho Caetano, le llevaron a Peñarol de Montevideo. Pacheco (su ídolo, como el de Zidane es Francescoli) compaginaba el fútbol con los estudios, que pronto dejaría, y con sus amigos Nemo y Adrián. Tras su paso por las categorías inferiores, debutó en Primera División con tan sólo 17 años ante el Defensor Sporting. Su primer gol fue ante Basañes en el año 94. En el 97 debutó con la selección de Uruguay, con la que jugó no sólo partido clasifi catorios si no también la Copa América del 99 en Paraguay.

En enero de 2001 su representante, Paco Casal, lo vendió al Inter de Milán. Debutó ante el Lazio. Después jugó en la UEFA ante el Alavés y ahí acabó su historia en tierras italianas. Cúper dejó de contar con él y sólo jugó amistosos.

En Enero de 2002 se marchó cedido al Espanyol. En cuatro meses marcó sólo tres goles. Volvió a Italia para ser nuevamente cedido al club de toda su vida, el Peñarol. Tras cumplir seis meses "prestado" recibió una llamada de uno de sus representantes, José Luis Zalazar (ex jugador del Alba). El Albacete aceptó el ofrecimiento y Pacheco jugaría allí, de nuevo en calidad de cedido.

El uruguayo se ha encontrado con su fútbol en tierras manchegas. Es básico en los esquemas de Ferrando. Según cuenta Aranda, el genio es su psicólogo particular. El delantero malagueño tiene en Pacheco a su consejero... aunque a veces no le hace demasiado caso. Pacheco, al que su amigo Recoba le regaló hace unos días un magnífi co pendiente, es uno de los ídolos de la afi ción albaceteña. Quiere quedarse en esta ciudad, el club también... pero depende del Inter.