El Madrid cae sin daño en el Palau

Más que perder, el peligro para el Madrid era viajar sangrando a Charleroi. Y esto último lo evitó. Julio Lamas y sus jugadores disputarán el martes la final de Copa ULEB sin heridas abiertas, físicas o psicológicas. Incluso podría decirse que, pese a la derrota, el Real sale reforzado del Palau, porque remontó una diferencia de 14 puntos en el tercer cuarto y Bennett estuvo a punto de forzar la prórroga con un último lanzamiento que escupió el aro.

El partido fue caliente, fogoso en ocasiones, con mucha pasión en los jugadores madridistas, desbordantes de adrenalina ante la acumulación de batallas cruciales. Y, como tantos otros, lo sentenció Bodiroga desde la línea de tiros libres. Una película tan inevitable como Ben Hur en Semana Santa.

Tanto como los jugadores, sin embargo, decidieron los técnicos, en una partida de ajedrez virtual con estrategias notables. Pesic centró casi todo en contener a Bennett, primero con presión doble en toda la pista (Nacho Rodríguez y Varejao), después con el habitual cara a cara de Rodrigo de la Fuente. Ambas tácticas funcionaron, salvo una racha en el tercer periodo (0-10) que disipó el máximo tirón azulgrana (49-35).

Julio Lamas, a su vez, utilizó todo el catálogo defensivo (individual, zona 2-3, caja y uno, triángulo y dos, match-up...) para cortar el ritmo atacante del Barcelona. La defensa en zona dio poco fruto, por falta de intensidad y porque el Barça movió el balón con inteligencia. En cambio, cuando el Madrid se enrabietó, en marcaje individual, tomó el control del choque.

Aparte de la guadaña silenciosa de Bodiroga, se ratificó que Bennett, incluso en días discretos, es fundamental en el Madrid. Cuando él estuvo en pista el tanteo acumulado fue 67-70 a favor de su equipo. Cuando llevó el timón Núñez hubo un parcial de 14-8 para el Barça. Los once balones perdidos que sumaba el Real en el descanso fueron un lastre que terminó hundiéndole.