Control de los gimnasios

Control de los gimnasios

La lucha contra el dopaje va más lejos que conseguir un deporte sin trampas. La lucha va dirigida a preservar la salud. Nos preocupa el dopaje de elite, pero muchísimo más el existente a nivel aficionado. Los profesionales consienten esas prácticas por unos beneficios personales, pero están controlados médicamente y los efectos secundarios no son tan catastróficos. Lo que es más preocupante es ver un gimnasio donde se venden pastillas para aumentar la masa muscular y lograr cuerpos esbeltos, como si fueran inofensivas, que se ingieren a libre criterio o con un simple consejo. Estas pastillas llevan enmascarados anabolizantes y productos dopantes, que sin control médico pueden producir efectos secundarios a veces irreversibles.

Estos hechos se los hemos comunicado al Consejo Superior de Deportes. Y nos responden que saben que estos productos son vendidos sin control sanitario en gimnasios, pero que Sanidad no tiene los suficientes inspectores para realizar un seguimiento. Desde estas páginas lanzamos dos ideas. Por un lado, así como la ley de prevención de riesgos laborales exige el reconocimiento médico anual de los trabajadores, hagamos lo mismo con los deportistas aficionados. Por otro, igual que la ley obliga a la presencia de un médico en competiciones (esta ley se incumple), obligar a los gimnasios a un asesoramiento médico, que sea responsable de inspeccionar la venta de productos.