Atenas 2004 - Balonmano | España 29 - Rusia 26
La defensa eleva a España
El gran nivel mostrado en defensa, con un insuperable Barrufet a la cabeza, ha permitido a España sumar su tercera victoria consecutiva en los Juegos y asegurarse la clasificación para cuartos de final.
La selección española masculina de balonmano sumó una importante y trabajada victoria ante Rusia, actual campeona olímpica y una de las potencias mundiales, a la que derrotó por 29-26 demostrando que puede aspirar a la lucha por las medallas en los Juegos de Atenas 2004.
Los hombres de César Argilés dieron toda una lección con su 6-0 defensivo y nunca perdieron la cara al encuentro, sobre todo cuando los rusos entraron en la recta final con ventaja en el marcador. Ahí, la mayor frescura y la claridad en ataque aprovechando las inferioridades del rival fueron claves para culminar un trabajo donde destacó, como ante Islandia, la figura del guardameta, en esta ocasión un sensacional David Barrufet.
El 5-1 ruso, con individual sobre Dujshebaev, causó de inicio muchos problemas en la circulación y en el lanzamiento español. Además, el veterano Lavrov estaba inspirado, lo que provocó el primer despegue de los campeones olímpico (2-5, min.7).
El gran acierto de Alberto Entrerríos evitaba que las cosas fuesen a peor y tres paradas, un siete metros incluidos, de un Barrufet dispuesto a emular la gran actuación de Hombrados ante Islandia permitieron la igualada (6-6).
Fue un espejismo, los errores en ataque aparecieron y Rusia retomó el mando con comodidad. Dujshebaev no encontraba el camino del gol, pero la gran mejoría defensiva del 6-0 (mención especial para los extremos e Iker Romero) equilibró nuevamente las cosas y ni siquiera
las continuas inferioridades se notaban. El guardameta del Barcelona paró el ataque ruso y sólo las ocasiones desperdiciadas evitaron que el combinado nacional se pusiese por delante.
Primera ventaja
Nada más iniciarse la segunda mitad, Ortega dio la primera ventaja a España (12-11, min.32). El jugador del Barça, uno de los de refresco introducidos por Argilés como ya hiciese ante Islandia, lideró el despegue español en sus mejores minutos (15-12, min.36) y provocó el tiempo muerto de Maximov, que veía a sus hombres a merced del contragolpe.
El aire no le vino mal a los campeones olímpicos. Mejoraron en ataque, gracias a Rastvortsev, y apretaron en defensa dificultando las acciones hispanas. El combinado nacional se atascó y vio como su rival le remontaba con un parcial de 1-5 (20-21, min.47).
Rusia se había asentado, frenaba el contraataque español y afrontaba en ventaja la recta decisiva. Los árbitros castigaron la dureza rusa dejándoles con cuatro jugadores y España pudo empatar (23-23, min.55). Los de Argilés estaban lanzados y, sobre todo, con más frescura en sus piernas. Fue suficiente para arrollar a la campeona olímpica en el tramo final, meterse en los cuartos de final y presentar la candidatura al podio de un equipo que va cada día a más.