Ciclismo | Tirreno-Adriático
Freire también manda en el nuevo ciclismo
Al tricampeón mundial no le hizo falta arriesgar ayer en el sprint para rematar el triunfo final en la Tirreno-Adriático, donde también ha ganado tres etapas. Ese mismo número sumó el segundo clasificado, Alessandro Petacchi, gran rival de Óscar Freire para este sábado en la Milán-San Remo.
Oscar Freire ha unido los símbolos del viejo y el nuevo ciclismo. Y ahora tiene un conflicto de vestuario. El cántabro empezó el pasado miércoles la Tirreno-Adriático enfundado en el maillot arcoiris de campeón del mundo, un título que ha ganado tres veces, cifra récord que comparte con Alfredo Binda, Rik Van Steenbergen y Eddy Merckx. La historia del ciclismo. Y lo terminó ayer con tres victorias de etapas, la general final y el maillot de líder del recién nacido UCI ProTour.
No está claro qué maillot deberá vestir Freire el próximo sábado en la salida de la Milán-San Remo. El arcoiris o el ProTour. Mientras que la UCI se aclara, Óscar ya ha manifestado su predilección: "Prefiero salir como campeón del mundo. De momento, tiene más prestigio". La tradición se impone, pero ningún ciclista hace ascos a la nueva competición: "Está claro que si el ProTour es ahora lo máximo, me interesa ganarlo".
Tres para España.
A pesar de los nuevos aires, la Tirreno-Adriático sigue siendo una carrera con solera. Con apellido ProTour o sin él. Freire ha sido el tercer español que ha inscrito su nombre en la llamada Carrera de los dos mares, tras Herminio Díaz Zabala en 1991 y Abraham Olano en 2000. Las rondas por etapas no son precisamente su especialidad, pero ya venía avisando: 3º en 2002, 2º en 2004... ¡Y diana! Entre medias, en 2003, Óscar había ganado una pequeña ronda italiana de cuatro días: el Giro de Lucca.
Paolo Bettini, campeón olímpico y triple ganador de la extinta Copa del Mundo, ya lo dijo ayer en AS: "Freire es mucho más que un velocista". Cierto. Pero también es un sprinter, así que su victoria llega sin racanerías, tras encadenar un espectacular hat-trick en las etapas segunda, tercera y cuarta. Enorme.
La única tacañería se la permitió ayer. Alessandro Petacchi, que también ha sumado tres etapas, ganó el último sprint y continuó redondeando sus números: 11 victorias en 18 días de competición. Pero Freire no apareció por allí. No le hacía falta. El cántabro aventajaba en 19 segundos al italiano y el triunfo de etapa bonificaba 10. Óscar se dejó llevar en el centro del pelotón. Eludía riesgos, ahorraba esfuerzos y pensaba ya en el próximo asalto: la Classicissima. No era necesario intimidar más a sus rivales. Mejor que se cansen.
Freire defenderá el próximo sábado su victoria del año pasado en la Milán-San Remo, la primera gran clásica de primavera, que en este 2005 también lleva el apellido ProTour. La Tirreno-Adriático siempre ha sido un buen termómetro para medir la temperatura de esta carrera. Algunas conclusiones son rotundas: Freire y Petacchi se perfilan como los grandes favoritos. Y otras, más confusas: Bettini, Cipollini y Zabel no andan tan finos o están escondidos; Hondo parece por fin a punto para un gran triunfo; Guidi vive su enésima juventud; Hincapié y O'Grady quieren marcha...
En el frente francés del UCI ProTour, la París-Niza, también se han visto cosas interesantes, especialmente la fortaleza de Tom Boonen, Alejandro Valverde y el equipo CSC.
Éstos son los hombres que deberá rebasar Óscar para agrandar su leyenda igualando al mítico Miquel Poblet (1957 y 1959), una isla en el universo de escaladores hispanos de su época. Entonces no había ProTour. Y la Milán-San Remo ya era grande.