El triatleta Javier Gómez Noya tratará de agotar las posibilidades de continuar en la alta competición, después de que el Consejo Superior de Deportes determinara que tiene que retirarse a causa de una valvulopatía aórtica congénita. Hoy mismo se desplaza a Londres, junto con su padre; su cardiólogo, el pontevedrés Nicolás Bay y representantes de la Federación Gallega, para visitar en la capital británica al prestigioso especialista William McKenna. "Vamos a pedir nuevos informes y contrastar todo esto para estar bien seguros de que el deportista no corre riesgo alguno", subrayó el presidente de la Federación autonómica, José Ramón Meilán. Hace exactamente dos años, la misma doctora del CSD, Araceli Boraita, trató de impedir el acceso de Javier a la competición, aunque, en este caso, los informes de los médicos habituales del deportista pesaron y, en el último momento, antes de recurrir a la justicia ordinaria, se permitió al ferrolano que siguiera compitiendo bajo su propia responsabilidad.

La Federación ya le puso trabas

Después de que hace dos años Gómez Noya consiguiera seguir compitiendo bajo su responsabilidad, en contra de las indicaciones del CSD, la Federación Española trató de apartarlo de dos pruebas: el Mundial de Madeira, donde finalizó octavo y segundo español después de Iván Raña, y los Juegos de Atenas, para los que no fue convocado a pesar de tener el segundo mejor currículum nacional.