Pleno del 1.500

Atletismo | Mundial de Helsinki 2005

Pleno del 1.500

Pleno del 1.500

afp

Arturo Casado, Reyes Estévez y Juan Carlos Higuero, a la final.

Llegaron fundidos, casi sin poder articular palabra, al límite de fuerzas y sudando la gota gorda entre la humedad lluviosa del Golfo de Finlandia. Pero llegaron como una brisa de aire fresco, oliendo a lavanda: tres espanoles en la final de los 1.500 metros. Más que ningún país africano (con un asterisco que ahora veremos), más que nadie.

Defendiendo la cuerda por la calle uno de la primera serie, con codos como puñales, irrumpió La Gran Esperanza Blanca, el madrileño Arturo Casado, segundo en la primera semifinal tras el marroquí Kaouch, ancestral escudero del ausente El Guerrouj. Tras Kaouch, Casado, Alex Kipchirchir y Rui Silva, Reyes Estévez: que llegaba a su quinta final mundialista consecutiva. Lejos de Reyes y más lejos de la final, nada menos que Mehdi Baala.

En la segunda semifinal, Juan Carlos Higuero fue sexto, pero sus 3:36.65 le valieron de sobra para meterse por tiempos. Casado marcó 3:40.61. Estévez, 3:40.73. En el puesto de Televisión Española, Casado daba la impresión de haber traspasado límites: "Yo ya he cumplido en este Mundial". Después, cuando respiró, empezó a pensar. Y cuando razona, Arturo se pone muy duro. Duro de pelar. De esta manera, y oficialmente, España es el único país con tres milleros en la final de manaña (21:10 horas).

Marruecos.

Pero no nos hemos olvidado del asterisco, que tiene miga. Marruecos presenta dos cartas en la gran partida: Kaouch y Bensghir. Hay una tercera carta nacida en Marruecos, pero que tiene truco y presenta pasaporte de Bahrain: Rashid Ramzi, cuando era marroquí, se llamaba Rashid Khoula. Ahora que gana como 200.000 petrodólares de "ficha anual" por haberse pasado a Bahrain, Ramzi funciona como un nuevo rico. Pero corre tanto o más que antes, cuando firmaba 1:43 en 800.

La inmensa velocidad terminal de Ramzi, plusmarquista mundial del año, le permite, literalmente, sacar la lengua a todos los milleros. Con desplantes, arrogancia y al ralentí, el nuevo súbdito del rey Hamad Ben Isa de Bahrein, que no para de reclutar a fondistas de otros países para su causa, ha sellado los mejores tiempos en series previas y semifinales. Ayer, 3:34.69 controlando la segunda semifinal, la de Juan Carlos Higuero, al ralentí. "Cuidado, que estas cosas se pagan, y es una falta de respeto hacia los demás", avisa Reyes Estévez, que no es nada nuevo en esto de las finales. Tendrá que buscar él los medios: la piel de Ramzi se vende casi tan cara como la de Najim Bashir, qatarí ex keniano (se llamaba Peter Nyaga), ganador La Milla de Oro de Oslo.

En la final, España sale con el 25% de los cupones: tres finalistas sobre una docena. "Tenemos muchas papeletas metidas", anticipa Higuero. Ya, pero que nadie espere trabajo en equipo sobre la húmeda pista de Helsinki. "Aquí, cada uno a lo suyo", sentencia el gran veterano pentafinalista Reyes Estévez. Si no creen que esto va a ser así, pregunten a Paquillo Fernández y al presidente José María Odriozola. A Robert Korzeniowski y Ramzi, que les registren: sobre todo a éste último, prueba viviente de cómo los 200.000 petrodólares anuales del rey ése de Bahrein hacen correr a la gente. Alá tiene poco que ver con la levitación de Ramzi. Pero no es imposible ganarle aquí. Sobre todo, si el Rey Arturo defiende la cuerda con sus codos como espadas.

Higuero, con mejor crono

Higuero partía con la sexta mejor marca del año de su semifinal (3:34.44). Y precisamente fue sexto en su serie, pero con un tiempo inferior al de Casado y Reyes.