Valverde aspira a ganar el Tour de la sucesión

La foto oficial del Tour de 2006 está cargada de simbolismo. Las manos de seis ciclistas tiran de un maillot amarillo. En su forcejeo por apropiarse del jersey de líder, acaparado en las últimas siete ediciones por Lance Armstrong, la prenda toma la forma del Hexágono, que es como los franceses denominan al mapa de su país. Las seis manos son anónimas, pero perfectamente podrían asignarse a Valverde, Ullrich, Basso, Mancebo, Vinokourov, y Popovych. El Tour de la sucesión arrancó ayer en París con la presentación de su recorrido. Y con una imagen que, en este caso sí, vale más que mil palabras.

El Tour del año I después de Armstrong pisará seis países: Francia, Alemania (de pasada), Luxemburgo, Bélgica, Holanda y España. Pero no subirá a la Luna, al paisaje extraterrestre del Mont Ventoux. La filtración que apuntaba a este puerto como fijo estaba equivocada, aunque no hay motivo para los lamentos. Tomen nota: Marie Blanque, Tourmalet, Aspin, Peyresourde, Izoard, Alpe d'Huez, Galibier, Croix de Fer, Joux-Plane... Suena bien, ¿verdad?

Dos días en Pirineos.

Escrito así, cualquiera diría que el Tour estará diariamente subiendo. Pero es más bien lo contrario. La gran montaña está concentrada sólo en cinco etapas, tres de ellas con llegada en alto. Los Pirineos salen esta vez perdiendo con dos únicas jornadas, una primera más light y otra segunda durísima con final en una cima española, Pla de Beret, inédita en el Tour, pero tres veces ascendida en la Vuelta.

El tembleque entra con los Alpes. "Serán terroríficos", dice Eusebio Unzué. En la última semana, entre el martes y el jueves, habrá tres etapas consecutivas de gran montaña: Alpe d'Huez, el inédito Toussuire y Morzine. Hagamos una simple suma de los tres días: 12 puertos y 179,3 kilómetros de ascensión. Uno de cada tres kilómetros lo harán subiendo. Impresiona, ¿no?

Para contrarrestar, el Tour ha suprimido la crono por equipos con el fin de aumentar los kilómetros de las contrarreloj individuales a 116 (incluido el prólogo), sabedores de que, en teoría, ya no hay ningún Armstrong o Indurain que sentencie en esta especialidad. Este dato perjudica a Valverde, pero su objetivo de la pretemporada es mejorar en esta especialidad. Si lo consigue, el heredero será murciano.