El primer premio se lo lleva Galicia

Ya pasó. Meses y meses de preparación para que todo saliese según el guión previsto. Obras, convenios, prisas, nervios... Ya pasó. Medio mundo ya se ha enterado de que en una esquinita de Europa existe un paraíso costero llamado Sanxenxo y a su lado una ciudad de la talla de Vigo. Gracias a la Volvo Ocean Race, muchos se habrán dado cuenta de que allá donde los romanos dijeron que estaba el finis terrae, también empieza un precioso mar, de cuyo matrimonio entre ambos ha emergido Galicia. Y lo que es más importante, los nuevos descubridores se habrán llevado una grata impresión del papel que ha cumplido su pueblo en este evento de gran envergadura.

Por esta vez, el mar ha dado una alegría a los gallegos. Tras años y años viviendo de él pero también dejándose la vida en su interior, el mundo entero ha podido ver estos días el azul especial que desprenden sus aguas, dejando atrás el color negro chapapote que lo teñía justo hoy hace tres años. Ayer no. Ayer era un día de fiesta y agradecimiento, y por eso los gallegos no dudaron en despedir con todos los honores a estas decenas de valientes que tendrán que convivir con los océanos durante los próximos meses. Desde el yate más lujoso o desde la chalana más humilde, Vigo y sus alrededores también quisieron sentirse participantes por unos momentos en la Volvo Ocean Race, mientras desde la costa miles y miles de personas decían adiós como las mujeres a sus marineros antes de hacerse a la mar. La destreza, la suerte y el dios Neptuno decidirán quién es el afortunado que acabe antes en rodear el globo por mar, pero lo que está claro es que después de ver cómo se han volcado en las últimas semanas sus gentes, el primer premio se lo lleva Galicia.