La Ciudad de la Luz tiene de todo, menos luz. A mediodía de ayer, los románticos callejones del Stadium de Roland Garros eran unos pequeños canales, rumbo a desembocar en el Sena: a once grados centígrados. A esa hora, al aterido y mojado estadio sólo lo iluminaban los relámpagos fugaces que soltaba la hermosa derecha de Carlos Moyá, una tormenta sobre el desprevenido Mikhail Youzhny en la nevera de la pista central.

El resultado ahorra descripción pero invita a reflexión: si Moyá tuviera tensión para mantener ese nivel, pondría a todo el mundo a taparse, como cuando nadie quería torear junto a Curro Romero. Pero el arte es una cosa, y el tenis sobre tierra batida, otra. Moyá es como es, un artista con estilo de los que quedan poquitos. Ahora le veremos con Davydenko, al que ha ganado cuatro de cinco veces: pero perdió la última.

Tras Moyá, y entre partidos que se suspendían y paraguas que se abrían y cerraban, Ferrero y Montañés navegaron hacia la tercera ronda sobre el alemán Kohlschreiber (no intenten pronunciar eso) y el italiano Galvani. Ferrero, fino físicamente y seguro tirando líneas, se cruza ahora con su viejo enemigo Gaudio, el gato que suele estar triste y azul. A Montañés le toca combatir con el croata Ancic, y puede que en sentido literal: Ancic acabó ayer a empujón limpio con el chileno Capdeville, hasta el punto que hubo que separar a los contendientes. Robredo lo tenía casi hecho, pero le faltó luz para rematar al serbio Bozoljac, en el último turno de la tres. Cuando llegó la suspensión, Tommy dominaba por 7-5, 6-2 y 1-3.

El viento movía los canalillos hacia el Sena, el canalillo de Sharapova y la imponente espalda de Amélie Mauresmo. La gris victoria de Amélie impidió que Francia se hundiera en la depresión de los nubarrones y de la eliminación de Gasquet a manos del zorro Nalbandián. Maldiciendo en alemán al viento y a la lluvia, Federer hizo faena de aliño con el colombiano Alex Falla. Eso quisiera Federer: que Nadal fallara hoy.

Carlos "La pista central me da fuerza"

Estoy feliz por haber jugado un buen tenis en un día tan malo y en la pista central Philippe Chatrier. Que me hayan dado la central en la segunda ronda, a mi edad y cuando no llevo mi mejor año, es algo que me hace feliz y que me da fuerza, porque veo que se me considera. Con Davydenko será un partido muy duro".