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Tenis | Roland Garros

Ljubicic es la penúltima estación para Rafa Nadal

El español lleva 25 partidos en 50 días y tres finales

Actualizado a
<b>POR ESPAÑA. </b>Rafa representó ayer a la Selección en París.
afp

Danzar como una mariposa y picar como una avispa. Ya diremos quién hacía eso: pero es justo lo que va a tener que hacer Rafael Nadal ante los cohetes que saca Ljubicic, en el segundo turno de semifinales en la pista Philippe Chatrier. Por delante de ellos, a las 13:00 horas, abren el día Roger Federer y su enemigo menos predilecto, David Nalbandián. A este partido se llega con ventaja de 6-5 para el argentino en los cara a cara dentro de la ATP, más un curioso 1-1 en júniors, que incluye la final del US Open 1998, que según el mismo Nalbandián fue su "mejor partido" ante Federer.

La gente escribe esto: "Alerta roja, Nadal está cansado" (La Gazzetta dello Sport). Y uno constata esto otro: la última derrota de Nadal se remonta al 25 de marzo, ante Moyá, en la pista dura de Miami. Volvió a jugar el 18 de abril, en primera ronda del Masters Series de Montecarlo, ante Arnaud Clément. Desde ahí, Nadal, literalmente, no ha parado. Llegó a las finales de Montecarlo, Barcelona y Roma. Las ganó todas. Luego, tres partidos de exhibición en Illes Balears, cuando el circuito andaba por Hamburgo. Y al fin, los cinco que lleva en Roland Garros. Suman 25 partidos en 50 días mal contados. Robredo, Ancic, Djokovic, Monfils... soberbios atletas jóvenes, han jugado menos que Nadal y aquí cayeron entre problemas físicos. ¿Es demasiado? ¿Es Nadal un Ironman indestructible, es Demolition Man? ¿O se está cansando? ¿Resistirá...?

Nadal, hábil como un mapache, no entra al trapo: "Éste año es diferente a 2005. He tenido partidos más largos, pero los he controlado. No quiero gastar energías, y sé que cada día me voy encontrando mejor. Mi victoria sobre Ljubicic en Madrid fue un partido inolvidable, por ganar desde dos sets abajo, y por cómo me ayudó la gente de casa". Seguro. Pero hoy, ante el bulldozer Ljubicic, deberá danzar como una mariposa y picar como una avispa. Eso hacía un tal Muhammad Ali cuando le llamaban Cassius Clay. En inglés, "clay" es tierra batida. La tierra de Nadal.