Estoy contenta, porque me he levantado con la rodilla menos inflamada y con más movilidad". Dos días después de sufrir una lesión aparentemente muy grave, María José Rienda se sentía más optimista sobre su alcance. En una primera exploración se temía que tuviera rotos el ligamento cruzado anterior, el lateral interno y el menisco. Eso le suponía perderse toda la temporada alpina, que iba a comenzar el próximo sábado en el gigante de Aspen (Estados Unidos), y una larga recuperación en torno a un año.

Pero Rienda se despertó ayer más animada. A su alrededor cruzan los dedos para que la lesión se limite a la rotura del ligamento lateral interno. "En ese supuesto tendría que estar tres semanas inmovilizada y otras tres de rehabilitación. En un mes y medio o en dos meses estaría recuperada", explicó a AS el médico deportivo José González.

Sin embargo, estos supuestos y el intuitivo optimismo de Rienda dependía de una resonancia magnética a la que iba a someterse ayer (anoche en horario español) en la clínica del médico estadounidense Richard Steadman, con el fin de determinar el alcance de la lesión y también si la granadina se operaba antes de volver a España o lo hacía más adelante. Al cierre de esta edición, todavía se desconocía el resultado.

María José Rienda iba a debutar el sábado en la Copa del Mundo y entre los objetivos de la temporada tenía las pruebas de su Sierra Nevada natal (24 y 25 de febrero) y los Mundiales de Aare (del 29 de marzo al 1 de abril de 2007)

El mayor temor es la tríada

El mayor temor en el entorno de María José Rienda era que sufriera la temible tríada: rotura de los ligamentos cruzado anterior, lateral interno y el menisco. "Eso supondría una recuperación de seis o siete meses para hacer deporte de forma discreta y de diez o doce meses para volver al más alto nivel", explicó el doctor José González.