Triplete histórico

Cuando no son aún las seis de la tarde, ya cae la noche sobre Birmingham, su National Indoor Arena y su Monumento a los Caídos. Empapándose bajo la lluvia de los Midlands, lluvia de medallas españolas, casi una decena de miles de súbditos de Su Graciosa Majestad abandonan el Arena. Entre ellos, Lord Sebastián Coe, el Carro de Fuego que trajo a Inglaterra los Juegos Olímpicos de 2012.

Está madurito Lord Seb. Pero, a la clase natural del consejero delegado de Londres 2012, se une el extraño brillo que reluce desde el fondo de sus ojos. Quizá sea el impulso nostálgico del viejo millero: este Lord empezó a asombrar al mundo, precisamente en un Europeo en pista cubierta: en España, en San Sebastián, en 1977.

Y claro que Sebastián Coe trae iluminada la cara, en la tardecita de perros de los Midlands, del perro de Baskerville. El fondista con más clase que ha dado Inglaterra en los últimos 30 años, el puente de la tradición millera de Sir Roger Bannister con la promesa de los Juegos Olímpicos 2012, acaba de regresar de uno de sus lugares predilectos: un podio. Un podio de Campeonato de Europa. Lord Sebastián Coe ha entregado en el podio del Arena de Birmingham las tres medallas de la prueba de 1.500 metros. ¿Qué otra prueba podría ser? Es la distancia en la que el Lord dobló oro olímpico, en Moscú y Los Angeles, tras duelos colosales con su viejo enemigo Ovett, con su amigo González, con su colega Cram, con José Manuel Abascal

Elogios de Coe.

Sebastián Coe ha colgado las tres medallas del 1.500 a tres atletas españoles, tres balas rojas: oro a Juan Carlos Higuero. Plata, a Sergio Gallardo. Bronce, a Arturo Casado. El inglés más inglés, el superclase de superclases, choca esos cinco con tres balas de la España más celtibérica: de Aranda de Duero, Bembibre y Madrid.

Higuero, el león de Aranda que vuela en Porsche. Gallardo, el lebrel de Bembibre que se pirra por las carreras rápidas. Casado, el blindado de la Ciudad Universitaria madrileña que, al filo de lo imposible, hace de la cuerda un reducto. Pues claro que hay emoción en Lord Coe: "Cómo no la va haber, a la fuerza recuerdas los tiempos en los que estabas en la pista, cuando tú eras uno más de los chicos. He felicitado al presidente Odriozola, he felicitado a los chicos y le digo que feliciten a los entrenadores, por su extraordinario trabajo: no recuerdo haber visto juntos a tres españoles en un podio. Ojalá pueda verles a ellos aquí en 2012, en nuestros Juegos Olímpicos. Cuiden a estos chicos y a sus entrenadores; necesitarán a muchos como ellos si ganan los Juegos para Madrid en 2016".

Histórico.

Lord Coe lleva razón. Él, y todos los que estuvimos en la tarde de ayer en el National Indoor Arena de Birmingham, vimos lo nunca visto hasta ahora: tres españoles copando un podio en una prueba de pista de un gran Campeonato internacional. Hubo el pleno de los tres maratonianos en el Europeo que se disputó en Helsinki, en 1994: Martín Fiz, el fallecido Diego García y Alberto Juzgado. Pero no fue una prueba de pista: no el 1.500. Aunque siempre se tiende a devaluar las medallas en los campeonatos en pista cubierta, ya hubiese querido la misma Inglaterra firmar lo que firmaron ayer Higuero, Gallardo y Casado.

Guión previsto.

En sí, la carrera se ajustó a lo previsto, quizá con algún bandazo más de la cuenta a cargo de Casado, incómodo ante los cambios de ritmo que imponían Nolan y Thie. Pero el corpachón y el sentido del madrileño le rescataron en la última vuelta.

Delante, Higuero (3:44.41) cerraba el oro por diez centésimas ante el ataque de Gallardo. Cuando Casado agotó a Bakhtache y Yemmouni, los franceses de origen magrebí, en el podio ya sólo había lugar para un color: el rojo de las balas rojas. Y junto a ellas brillaba Lord Sebastián Coe: Carros de Fuego. Todos.