Centenariazo de Freire

Ciclismo | Milán-San Remo

Centenariazo de Freire

Centenariazo de Freire

reuters

Óscar celebró con una victoria los cien años de la Milán-San Remo

Una victoria sabe mejor cuando uno puede levantar los brazos, marcar los bíceps, gritar de euforia... Mario Cipollini miraba incluso hacia atrás para intimidar al rival derrotado. Óscar Freire ganó ayer con tanta facilidad la Milán-San Remo que hubiera tenido tiempo para eso y mucho más, pero como nuestro tricampeón del mundo no es tan chulo como el jubilado Rey León, descartó humillar al enemigo y se limitó a celebrar su victoria en la Classicissima como mandan los cánones ciclistas.

Freire ya había ganado esta carrera en 2004, pero entonces no pudo recrearse en la celebración. Erik Zabel, en un error de juvenil, levantó los brazos antes de tiempo. Vendió la piel antes de cazar el oso... Y el cazador fue cazado. Un pícaro español metió riñones y le birló la victoria en la foto-finish. Óscar tenía pendiente alzar las manos en la Vía Roma. Ayer le sobró una bicicleta y media.

Aquel afrentado Zabel estaba ayer por allí. Pero sus 36 años ya no le permiten luchar por una clásica que ha conquistado cuatro veces. El alemán ofició labores de gregario en el tren del Milram. Primero tiró Marco Velo, luego el propio Zabel... Y Alessandro Petacchi era el encargado de rematar, como en 2005. Pero el italiano llevaba detrás a un incordiante Freire, que había logrado la mejor posición, a rueda de Ale Jet.

Cuando Zabel dejó a Petacchi en la suerte definitiva, el cántabro no se lo pensó. Ni siquiera le importó sentir en su cogote el aliento un belga de 1,92 metros, Boonen. Freire demarró por la izquierda de Petacchi y éste se sintió tan humillado que hasta dejó de pedalear.

Freire obtuvo así su segundo triunfo en la Primavera. Y lo hizo como tantas otras veces, sin más ayuda final que su propia astucia. Óscar es como Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como.

La victoria tenía ayer un valor añadido. La Milán-San Remo cumplía 100 años. Freire logró el centenariazo en casa de los italianos. Medio siglo antes, en 1957, Miguel Poblet venció en las bodas de oro. Los números redondos son españoles. El catalán repitió luego victoria en 1959. Y Freire logró ayer empatar con él a dos triunfos.

Poblet no pudo viajar a San Remo a los actos del centenario porque acaba de operarse de cataratas. Pero lo siguió en su casa a través de la RAI 3 y lo celebró levantando los brazos... Porque así sabe mejor.