Asalto con freno

Ciclismo | Tour de Francia

Asalto con freno

Asalto con freno

reuters

Rasmussen, nuevo líder. Los españoles dominan sin atacar

Si atendemos a la clasificación general, ayer la actuación de los españoles fue soberbia. Mayo es tercero (a 2:39 de Rasmussen, nuevo líder), Valverde es cuarto (2:51) y Contador ocupa la octava plaza (3:06). Y poco más allá continúa la relación de nuestros ciclistas: Sastre 11º (3:35), Pereiro 14º (3:54) y Zubeldia 15º (4:00). Es decir, seis españoles entre los 15 primeros. Y el panorama mejora si pensamos que tanto el líder como Gerdemann parecen protagonistas circunstanciales y Vinokourov se sitúa ahora a 5:23 del liderato.

Perfecto, ¿verdad? Pues no lo fue. A pesar del magnífico resultado, queda la sensación de que este asalto al Tour ha sido un asalto con freno, una conquista minimizada por el conservadurismo, un cero en estrategia. Vaya por delante que no hay táctica sin fuerzas. Por eso no hay crítica posible para quien bastante tuvo con resistir.

Pero excluidos los supervivientes, hay otros ciclistas que no se comportaron a la altura de las circunstancias, y no hablo ahora del rendimiento físico, sino de la actitud competitiva. Me refiero a una filosofía del ahorro que se podría resumir así: "¡Que tiren ellos!".

Es claro que la responsabilidad de ese catenaccio mental la comparten ciclistas y directores, hasta el punto de que ayer resultó hiriente descubrir a corredores más preocupados por sujetar el pinganillo que por agarrar el manillar, más obedientes a los miedos del director que a los dictados de la carrera.

El problema se detectó pronto. A mitad de etapa, el equipo del líder metió en una escapada a Michael Rogers, décimo en el pasado Tour, y se liberó así del control de la carrera. Al poco tiempo, Rogers no sólo era líder virtual, sino un aspirante que multiplicaba sus opciones. ¿Reacción? Ninguna: atrás nadie tiraba. Cada director encontraba una excusa: que si tengo ciclistas en la escapada, que si es temprano, que si no.

Sólo el destino ayudó a los cobardes. En el descenso del Roselend, cayeron Rogers y Arroyo. Si el español se recuperó sin problemas, el australiano regresó herido de muerte. Tanto, que se vio obligado a abandonar kilómetros después.

Con Rasmussen camino de la victoria y el liderato, la carrera afrontó otro momento crítico. En los primeros kilómetros de la última subida, Moreau atacó y partió en dos el grupo de favoritos. Junto a él, Valverde, Contador, Kashechkin, Popovych, Evans, Schleck y Mayo. Por detrás, Vinokourov, Klöden, Menchov, Sastre, Pereiro...

Clave.

El Tour peligraba para media docena de favoritos, que perdían 1:20. Pero sólo Moreau puso interés en rematarlos. A pesar de sus peticiones de ayuda, nadie colaboró con el campeón de Francia, nadie le dio un relevo serio. Debió hacerlo Valverde, si se siente aspirante, y debieron hacerlo después el resto. Sólo el digno Contador puso a Popovych a tirar unos metros, hasta que se acabaron sus fuerzas. Mayo lo intentó en solitario, jugando a ganar una etapa que estaba adjudicada. Valverde respondía a los demarrajes del dignísimo Moreau, pero no continuaba. El grupo se frenaba.

Únicamente cuando se presintió la meta se precipitaron los acontecimientos. Contador pinchó y se descolgó al segundo grupo, de donde se escapó con un ataque de furia. Aquello destrozó a Vinokourov y descubrió a Klöden como gregario.

Mayo se volvió a escapar y Valverde cedió unos metros que recuperó en el llano. Luego esprintó para ser tercero y bonificar. El balance fue espléndido, los españoles dominan la general. Pero yo no recuerdo más héroes que Rasmussen y Moreau. Un danés y un francés.