Cadel Evans es la amenaza australiana de Alberto Contador para la lucha por la general en la contrarreloj de mañana entre Angulema y Cognac de 55,5 kilómetros. Las cuentas cuadran: el madrileño le saca 1:53 en la clasificación y en la crono de Albi (54 km) Evans sólo le aventajó en 1:04. Si se mantuvieran estas diferencias Contador llegaría el domingo a París como campeón del Tour A no ser que una súper faena de Levi Leipheimer, su compañero en el Discovery Channel que está a 2:49 de Contador, le diera el maillot al norteamericano.

El silencioso Evans vuelve a ser el objeto de todas las miradas en el peor momento para él, cuando más quisiera estar alejado de la presión de carrera. Evans y su Predictor-Lotto tratan de aislarse en las horas previas a un día histórico para ellos. Pero Evans, fiel a su carácter poco agresivo, no da un duro por él mismo: "Quizá sea mejor que Contador en la contrarreloj, pero me lleva mucha diferencia. No sé qué va a pasar. Él lo tiene en su mano así que lo normal es que no pueda remontar". Peligro.

Las fuerzas justas.

Evans no destaca por ser el mejor rodador, ni el más fino escalador, ni siquiera un especialista pero su cómputo global es muy bueno. "Mi punto a favor con respecto a Contador es que estoy demostrando que mi nivel en la tercera semana también es muy alto. A él no le vi tan fuerte en el Aubisque como en las dos etapas anteriores en los Pirineos", insiste cuando está a punto de arrancar a pedalear en Pau. "Sus ataques no fueron tan feroces. Puede que le fallen las fuerzas". Evans lo pone en condicional, como siempre, no vaya a ser que se lance demasiado y luego lo acabe pagando caro: "También voy a tener en cuenta a Leipheimer, que viene por detrás y rueda bien contra el reloj".

Desde el Discovery Channel se espera que, como dice Johan Bruyneel, el maillot amarillo le dé "alas". El belga así lo cree: "Le vamos a dar toda la tranquilidad del mundo. Debemos quitarle la presión a Alberto porque sólo tiene 24 años. Tiene que superar lo del amarillo porque saber así de repente que han excluido a Rasmussen ha sido duro para él". Bruyneel no se separó de él ni un minuto desde que acabó la etapa hasta que se lo llevó al hotel después del control antidopaje. Con Armstrong no lo hacía, pero con su "sucesor", como le definió en la conferencia de prensa del martes, todavía sí.

Hoy servirá para que Bruyneel intente que Contador "no sufra nada" y para que se mentalice de que está ante los 55,5 kilómetros de su vida. Ni Evans ni el joven de Pinto conocen el recorrido de la crono. "El perfil dice que es muy llano, me favorece", piensa Evans. Para llegar a Cognac habrá que comerse antes un flan. De postre.