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Yo digo | Juan De Dios Román

Malos inicios, buen final

Juan De Dios Román
Actualizado a

Naturalmente que existen precedentes de un mal inicio con final feliz y ahí radica la incógnita que rodea la primera jornada y la madurez necesaria para desenlaces positivos posteriores. Remitiéndonos a España baste citar los Juegos de Atlanta 96 o el Europeo de Italia 98 con sistemas de competición parecidos al de este Europeo. En la cita olímpica señalada se inició con derrota frente a Francia (25-27) y en Italia 98 el primer partido concluyó en empate con Croacia (18-18) y en ambas se consiguieron las semifinales. Me tocó vivir y gestionar ambas situaciones con recetas similares: confianza a tope y el torneo es largo. De momento, hoy, los dos puntos frente a Bielorrusia; partido a afrontar con actitud humilde. A partir de ahí, pensar en una liga de 10 puntos en juego. No sería la primera vez que un equipo juega semifinales hasta con cuatro puntos perdidos en similar escenario y los números pueden caminar en esa dirección.

Spartak Mironovich, maestro de entrenadores, dicta aún lecciones en plena jubilaci en su feudo de Minsk y en su club de siempre creó escuela y aportó a la antigua URSS el renacer después del desastre del Mundial de Suiza 86 con un balonmano velocidad, anticipo del que se practica ahora. Recuperó con novedades la defensa 5:1 combinada a una zona. Con reducido presupuesto y justos recursos humanos dignifica su currículo con una Bielorrusia asentada en disciplina colectiva y dos excelentes jugadores: Harbok y Pukhovski.