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Fútbol Americano | XLII Super Bowl

Los Giants ganan con una sorpresa perfecta

Vencieron 17-14 a unos Patriots incapaces de imponer su juego

Mariano Tovar
Actualizado a
<b>ESPECTACULAR. </b>El estadio de la Universidad de Phoenix vivió la mayor sorpresa de la historia de la NFL con la victoria de los Giants sobre los favoritos Patriots.

New York ha ganado a New England por 17-14 la XLII Super Bowl en un partido que se recordará como la mayor sorpresa de la historia de la NFL. Los Patriots llegaban invictos, habían destrozado todos los récords ofensivos de la Liga y sólo necesitaban ganar en Arizona para ser considerados el mejor equipo de todos los tiempos. Los Giants aparecían como un equipo en racha pero sin pegada suficiente como para aguantar el ritmo demoledor de los de Boston.

Pero fueron los Giants los que impusieron su ritmo desde el primer momento. Empezaron el partido atacando y consiguieron alargar su primera serie ofensiva durante diez minutos. Sólo anotaron tres puntos, pero demostraron que podrían mover el balón en ataque con cierta facilidad. Además, dejaron muy clara su intención de mantener el choque con un marcador bajo.

Espejismo.

Los Patriots respondieron anotando un touchdown en su primera serie ofensiva. Pero no lo hicieron con la facilidad de otras ocasiones. Brady fue muy presionado y sólo una interferencia en la zona de anotación facilitó que Maroney adelantara 7-3 a New England en el marcador. Pero la ventaja sólo era un espejismo.

A partir de ese momento el partido quedó bloqueado. Ninguno de los dos equipos era capaz de asentar el juego de carrera y todo quedó en las manos de los pases de Manning y Brady. El de los Giants avanzaba con facilidad en la zona media del campo, pero era incapaz de acercar a su equipo lo suficiente como para anotar puntos. El de los Patriots era una y otra vez golpeado por la defensa rival. Umenyiora y Strahan hacían honor a su fama de cazadores de quarterbacks y Brady mostraba, por primera vez en mucho tiempo, un gesto de frustración e impotencia.

Así se llegó al descanso y así transcurrió todo el tercer cuarto. Los Giants jugaban mejor tanto en ataque como en defensa pero eran los Patriots los que se mantenían delante en el marcador. Su estrategia conservadora les estaba funcionando y parecían conformarse con evitar los errores.

Pero los Giants pusieron en los últimos minutos toda la ambición que les estaba faltando a los Patriots. A falta de once minutos Eli Manning conectaba con Tyree un pase de cinco yardas para touchdown y le daba la vuelta al partido. 7-10, los favoritos contra las cuerdas, y la conexión Manning-Tyree funcionando por primera vez. Minutos después ambos protagonizarían la jugada clave del partido.

De infarto.

Fue en ese momento cuando aparecieron los Patriots de toda la temporada. Después de estar bloqueados en ataque durante todo el partido, completaron una serie ofensiva imparable en la que volvieron a aparecer todas su estrellas. El problema fue que se dieron demasiada prisa. Brady conectó con Moss para adelantar a su equipo 14-10 pero quedaban aún más de dos minutos y medio y los Giants tenían tres tiempos muertos.

New York empezó la serie decisiva en su propia yarda 17. Todo el público del estadio estaba de pie. Los balones volaban en una locura incontrolable. Los Patriots presionaban a Manning con furia cuando éste se zafó del agarrón de tres contrarios y lanzó un pase imposible para que Tyree lo controlara con una mano y el casco arqueándose como un gato y rodeado de contrarios. Los dioses estaban con los Giants que frustraron la temporada perfecta de los Patriots con un pase de Manning a Burress que valió la XLII Super Bowl.