Nicolás Almagro se ha hecho mayor. Ha alcanzado ese estado en el que se puede esperar cualquier cosa de un jugador. Unos explotan siendo casi niños, como Nadal. A otros les cuesta más madurar, como a Nico Almagro, que tantos viajes compartió con el mallorquín cuando ambos iban por el mundo soñando en ser algún día los reyes de la tierra.

El murciano, 22 años y número 28 en el momento de jugar (hoy subirá unos cuantos puestos), derrotó en la final de Acapulco al que él consideró "el mejor tenista que hay en el circuito". Ese señor es Nalbandián, el azote de Federer, el Rey David que soltó kilos a finales de 2007 para volver a ser un pegador sublime y temible. En México, el que se puso el sombrero charro fue el macho Almagro, que le endosó un 6-1 en el primer parcial ("mi saque fue una de las claves", dijo tras acabar con 11 aces) y aguantó una muerte súbita en el segundo para adjudicarse el set por 7-5 (7/1).

El español sumó su segundo título del año (tras Brasil) y el cuarto de su carrera, y dejó la sensación de que puede pedírsele más: "He tenido una actitudi inmejorable y ganas de querer ganar". Tenis y corazón. Buena combinación para los grandes torneos de tierra europeos.

Dubai reúne a Nadal y Federer

Dubai reúne una vez más, al reclamo de los suculentos premios (1,4 millones de dólares de dotación, de los que 300.000 son para el ganador), a lo más granado del tenis, con seis top-ten. Roger Federer, campeón en 2007 y que tiene como cuartel de entrenamientos Dubai, donde posee una casa, debuta hoy frente a Murray. También lo hace Ferrer contra Haas, en lo que podría ser un próximo duelo de Davis. Nadal arrancará mañana ante otro alemán, Kohlschreiber.