Los equipos ciclistas han llegado a un acuerdo con la empresa organizadora de la París-Niza, Amaury Sport Organization (ASO), para disputar la carrera. El acuerdo con todos los equipos estipula que la carrera estará regulada por la Federación Francesa de Ciclismo, que el control antidopaje lo realizará la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje y que, en caso de litigio entre la organización y algún corredor, se recurrirá a un árbitro designado por el Comité Olímpico Francés.

El presidente de la UCI, Pat McQuaid, se ha mostrado muy crítico con este acuerdo y ha advertido que las reglas de la UCI "deben ser respetadas" y amenazó con una "sanción financiera y con la suspensión de los corredores" que participen en la París-Niza. "ASO ha secuestrado el Tour de Francia. Sus métodos para obtener poder son similares a los de un golpe de Estado", se quejó McQuaid.