Primera jornada en la Tirreno-Adriático y primera victoria para Óscar Freire. Así se maneja en su prueba fetiche: simplemente gana. En total, nueve victorias de etapa en la Carrera de los Dos Mares, más una clasificación general en 2005 y dos podios (segundo en 2004 y tercero en 2002). Ayer mantuvo un espectacular mano a mano con Alessandro Petacchi en Civitavecchia. Ale-Jet, como es costumbre en él, dispuso a su alrededor el tren del Milram. Zabel era el encargado de hacerle los últimos metros, pero entre los dos compañeros se coló Freire, quien remató (y les hizo) la faena. En él es costumbre ganar sin ayuda, buscarse la vida como Juan Palomo. Tercero fue José Joaquín Rojas, el joven velocista del Caisse d'Epargne (21 años) que ya se codea con los grandes sprinters.

Freire estrenó su casillero esta temporada, aunque ya había rozado el triunfo en California y en la Clásica de Almería. Este caso fue especialmente cruel, ya que sólo cedió ante Juan José Haedo en la foto finish, por ocho centímetros. Óscar, de naturaleza bondadosa, quiso ceder la gloria a su compañero Graeme Brown. Pero Haedo fue más espabilado (es argentino) y les levantó la cartera.

El tricampeón del mundo dispone hoy de una nueva oportunidad para engordar su palmarés en la Tirreno. La etapa acaba en Gubbio en un pequeño repechito. Con eso y su calidad debería bastar. Y con segunda victoria o sin ella, sus rivales para San Remo ya han recibido el primer toque de atención.

Óscar Freire "Fue una llegada de nervios"

El sprint fue de fuerza y nervios. Hubo bastantes maniobras para coger la posición, lo que provocó a más de uno dar algún que otro bandazo. En la parte final estábamos los grandes velocistas del pelotón, así que la lucha por buscar el mejor puesto para la llegada fue dura. Afortunadamente, en esta ocasión todo me salió bien y me llevé la victoria. Después de haber rozado el triunfo en varias ocasiones, ésta es una buena manera de estrenar mi palmarés este año".