Iñaki Ochoa de Olza (Pamplona, 40 años) descansará para siempre en el Annapurna (Nepal). Después de cinco noches a 7.400 metros con graves problemas de salud, su cuerpo no pudo resistir más y falleció a las 08:45 horas de España. Al edema cerebral se sumó uno pulmonar que propició el fatal desenlace. Al navarro sólo le faltaban dos cumbres, Kangchenjunga y Annapurna, para completar los 14 ochomiles. Pero no pudo con este último.
Ochoa de Olza decidió el pasado domingo no hacer cumbre a causa de unas congelaciones en las manos. Su compañero de expedición, el rumano Horia Colibasanu, decidía quedarse con él, en el campo cuatro. Pocos minutos después, el pamplonés quedó semiinconsciente y sin poder valerse por sí mismo. El jueves, el suizo Ueli Steck conseguía llegar al campo cuatro y se quedaba a cargo de Iñaki, en sustitución de su compañero de expedición. Ochoa de Olza pudo recibir medicación, según las instrucciones de un doctor, y experimentó mejora. Sin embargo, no fue suficiente.
Jorge Nagore, amigo de Ochoa de Olza y que ha formado parte desde Pamplona de la coordinación del rescate, explicó por qué la familia no ha decidido repatriar el cuerpo: "Es un monte muy complicado. La prioridad es que bajen y que no haya problemas. El rescate del cadáver suponía muchísimo riesgo. La idea de Iñaki era que su cuerpo reposara donde muriera. Iñaki era navarro, pero también nepalí".