Los Juegos, inaugurados con una espectacular ceremonia

Los Juegos, inaugurados con una espectacular ceremonia

Los Juegos, inaugurados con una espectacular ceremonia

Reuters

Con precisión casi suiza para no desairar a los dioses chinos ni a los del Olimpo, comenzó una de las ceremonias más espectaculares de la historia, que contó con más de 60.000 figurantes y que fue seguida en directo en el Nido por unos 91.000 espectadores y a través de la televisión por más de 4.000 millones de personas en todo el orbe terrestre. España ocupó el puesto 74 en el desfile de la ceremonia, el que le corresponde según el alfabeto mandarín.

El presidente chino, Hu Jintao, declaró inaugurados los Juegos de la XXIX Olimpiada, que se desarrollarán en Pekín hasta el próximo día 24, en el curso de la ceremonia inaugural que se celebró en el estadio Olímpico Nacional.

A continuación, El ex gimnasta chino Li Ning, triple medallista de oro, tuvo el honor de ser el último relevista de la antorcha olímpica y el encargado de prender el pebetero olímpico en la ceremonia de apertura de los Juegos de Pekín.

Colgado por unas cuerdas, Li Ning se alzó al cielo pekinés y recorrió flotando todo el aro superior del Estadio Olímpico ''El Nido'' en una secuencia de gran belleza plástica, mientras de fondo se proyectaban imágenes de todo el recorrido que ha realizado la antorcha desde Olimpia hasta la capital china. Tras encender el enorme pebetero, un impresionante espectáculo de fuegos artificiales zanjó una ceremonia de inauguración que se alargó durante cuatro horas.

Li Ning, de 44 años y apodado el ''príncipe de la gimnasia'', también es un hombre de negocios que fundó la compañía de ropa deportiva que lleva su nombre. El gimnasta fue el atleta que ganó más medallas en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984, regresando a China, que participaba por primera vez en los Juegos de verano en 32 años, con tres oros, dos platas y un bronce.

4.000 millones de telespectadores para una ceremonia espectacular

La ceremonia inaugural comenzó con puntualidad rigurosa bajo el influjo de la salud y el dinero gracias al ocho, ya que se inició el 8 de agosto, octavo mes, del año 2008, a las ocho de la tarde. La cultura milenaria de los chinos concede una gran importancia a la influencia de los números sobre las personas, los acontecimientos y la vida en general. El más importante acontecimiento de las últimas décadas para China no podía, pues, dejarse al albur de las estrellas. Era necesario ayudar a la suerte y nada mejor que tener un debut dirigido por el 8-8-08 a las 8 de la tarde. Salud y dinero para todos. Las 204 banderas de los mismos comités olímpicos participantes en los Juegos de la XXIX Olimpiada brillaban con luz propia en el espectacular Estadio Nacional de Pekín, el Nido como ya se le conoce en el mundo entero.

Con precisión casi suiza para no desairar a los dioses chinos ni a los del Olimpo, comenzó una de las ceremonias más espectaculares de la historia, que contó con más de 60.000 figurantes y que fue seguida en directo en el Nido por unos 91.000 espectadores y a través de la televisión por más de 4.000 millones de personas en todo el orbe terrestre. España ocupó el puesto 74 en el desfile de la ceremonia, el que le corresponde según el alfabeto mandarín.

España desfila en el Nido con una numerosa representación

El equipo Olímpico español, con una numerosa representación,desbarató el habitual orden, haciendo gala de su habitual alegría y cohesión. España, con una de las representaciones más numerosas de las 204 naciones presentes en estos Juegos, destacó, como siempre por su cohesión, por su alegría y por su ''buen rollo'', ganándose el corazón de los aficionados chinos, ya de por sí predispuestos hacia España por los colores de su bandera y por su admiración por la cultura española.

El desfile, por lo demás, puso a prueba la capacidad física de los deportistas, ya que la marcha duró dos horas y media, a lo que hay que añadir el tiempo que permanecieron esperando su entrada al estadio. En cuanto a los abanderados, sesenta y uno de los 204 que desfilaron practican el atletismo. Es el deporte más representado entre los elegidos para llevar sus respectivas enseñas nacionales. Le siguen la natación, con 19 abanderados, el judo (17) y el piragüismo (13), disciplina en la que compite el abanderado español, David Cal. La halterofilia (12), la lucha y el tiro (10) completan la relación de los más representados. Sólo hay tres países cuyas banderas no serán portadas por deportistas participantes en Pekín: Djibuti, cuyo desfile lo encabezará un ex atleta, Etiopía, un entrenador, e Islas Marshall, un directivo.

La delegación china provoca el delirio del público

El público que asistió a la ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín dejó claro cuáles son los países amigos de China, con ovaciones destacadas sobre el resto, pero reservó energías para regalar al equipo de su país una bienvenida de escándalo. Los 226 centímetros de Yao Ming, abanderado de su país por segunda ocasión consecutiva pero esta vez en su casa, condujeron emocionados a su equipo en torno al estadio, en el que los espectadores no dejaron de agitar banderas, pañuelos, linternas y abanicos.

La primera delegación ovacionada fue la Taiwán, pero le siguieron Hong Kong, Pakistán, Iraq, Rusia, Italia, Australia y Corea del Norte, que, en contra de lo previsto en el programa, no desfiló inmediatamente después de Corea del Sur, sino con cuatro equipos por medio. No hubo acuerdo entre sus gobiernos para una presentación conjunta, como sucedió en Sydney y Atenas. A la entrada de Estados Unidos se escucharon algunos silbidos mezclados con aplausos.

Entre los deportistas destacados que fueron abanderados de sus equipos aparecieron los tenistas Roger Federer, todavía número uno mundial, y el chileno Fernando González, bronce individual y oro en dobles con Nicolás Massú en Atenas. Literalmente por encima del resto, los cinco abanderados que han jugado en la NBA: el lituano Sarunas Jasikevicius, el argentino Manu Ginbili, el ruso Andrei Kirilenko y el alemán Dirk Nowitzki, además de Yao Ming.

Los países africanos y oceánicos aportaron las mayores dosis de colorido a las vestimentas. Los atletas de Burundi vistieron un traje tribal y caminaron descalzos. La mayoría de los equipos occidentales optó por elegantes trajes de chaqueta y fueron pocos los países, como Ecuador o Venezuela, cuyos representantes desfilaron en chándal.

Los gorros de papel de algunos argentinos con los colores de su bandera nacional, las boinas de las francesas o las faldas de los chicos de Samoa fueron algunos de los detalles curiosos, al igual que, por distintas razones, los distintos tipos de velo con que se cubrieron las mujeres, pocas, de los países árabes.

Cada delegación tardó más de diez minutos en completar la vuelta al estadio. España rompió la media por las continuas paradas de sus deportistas para hacerse fotos en grupo o saludar a las cámaras, y hasta cuatro miembros de la organización se acercaron a animarles a que se dieran más prisa. Cuando el abanderado, David Cal, ya estaba colocado en su sitio en el centro del estadio, a los últimos del grupo aún les faltaba media vuelta. El desfile completo se fue por encima de las dos horas, amenizado con música popular de los distintos países, con predominio de la ranchera, la gaita y los tambores africanos.

La canción oficial inunda de emoción el "Nido"

El cantante de pop chino Liu Huan y la británica Sarah Brightman presentaron durante la ceremonia la canción oficial de los Juegos "You and Me", en uno de los momentos más emotivos del acto que precedió a la entrada de los atletas al estadio y su posterior desfile. Liu Huan y Sarah Brightman entonaron la melodía sobre un enorme globo terráqueo que emergió del punto central del "Nido", en desarrollo de una de las secuencias de la ceremonia titulada "Sueño" como referencia al lema de los juegos que se han abierto hoy, "Un mundo, un sueño".

La inauguración dejó como primera anécdota la exclusión de la Brunei de la ceremonia. El COI tomó esta decisión debido a que su comité olímpico nacional no ha inscrito a sus dos representantes en el plazo estipulado.