España se pone las pilas y entra en las semifinales

Pekin 2008|Balonmano | España 29 - Corea 24

España se pone las pilas y entra en las semifinales

España se pone las pilas y entra en las semifinales

pepe andrés

Entró Barrufet y acabó con todas las ilusiones de Corea

Decía Juan Carlos Pastor que sin las pilas cargadas el pase a semifinales era poco menos que una quimera. Las dudas de la primera fase hacían de Corea un rival mayor, un adversario rápido, abonado a las fintas y al contraataque. No fue tan fiero el león. España recuperó el tono defensivo y resolvió con un cómodo 29-24 su pase a la lucha por las medallas. Mañana espera Islandia, un rival del que conocemos hasta el pijama con el que duermen. Por el otro lado del cuadro, que se peguen franceses y croatas. Pekín luce algo más despejado.

Pese a la diferencia de cinco goles en el marcador final, la Selección tardó en poner tierra por medio. Los empates se repetían (2-2, 5-5, 7-7...) y la defensa 3-2-1 de los coreanos nos ahogaba. Ni siquiera Juanín García o Albert Rocas abrían desde los extremos un resquicio en la defensa adelantada de los coreanos, que pretendían con esa treta compensar la falta de kilos, de percha. Dos roscas de Belaustegui y Romero con el portero Han Kyungtai ya batido se estrellaron en los postes, pero una parada de Hombrados nos dio aire y permitió llegar al descanso con un gol arriba (14-13).

Fue entonces cuando los aficionados chinos, que ayer iban con España (sus dimes y diretes con Corea dan para un libro), conocieron el efecto Barrufet. El portero del Barça lo paró todo en sus primeros minutos en juego. La estadística sale a nuestro encuentro: detuvo 11 de los 19 lanzamientos que le hicieron, lo que dibujaron un 58% de acierto sencillamente extraordinario. "No soy increíble, mis compañeros sí que son increíbles", dijo tras el partido. Su actuación fue el mejor contagio para el ataque, donde Rocas, con tres goles consecutivos, abrió de pleno las puertas de las semifinales (21-17). Y eso sirvió de mazazo definitivo a los coreanos, que estuvieron 14 minutos (del 37 al 51) sin marcar ni un solo gol.

Fiesta española.

Se pasó del 17-17 al 24-17, con Iker Romero celebrando cada gol como si fuera una final, y del temor a la fiesta española en el OSC Gymnasium, que despide al balonmano, que en semifinales se jugará donde Deferr nos hizo felices.

Una parada de experiencia, de Barrufet, en un penalti, hizo a los Duques de Palma saltar de emoción. Incluso botaron con el yo soy español, español, español... que coreaba la afición roja. Barrufet le guiñó el ojo a Urdangarín. Ambos saben que la Selección necesitaba una inyección de moral como esta para ver los Juegos con otros ojos.

Islandia, penúltimo obstáculo

Islandia y España han trabajado codo con codo en la preparación olímpica, hasta el punto de enfrentarse cinco veces en julio. Balance: España, 4; Islandia, 1. Ahora les toca pelear por un puesto en la final, y claro, todo lo anterior no vale de nada. Islandia está jugando bien, y ayer ganó a Polonia con más facilidad de lo que señala el marcador: 32-30. Su líder es Stefansson, con lo cual no hay pronóstico.