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Pekin 2008 | Buena actuación de los españoles

Sprint final español en el medallero: ya van 16

El basket juega hoy (08:30) la final ante EE UU y garantiza la 17

Tomás Guasch
Actualizado a
Las chicas de natación sincronizada celebran su medalla de plata.

Empezaré por lo último: nuestro hockey perdió la final olímpica con Alemania por 1-0. España atacó más, quiso jugar más, dispuso de tres penaltis-córner que no aprovechó. Alemania es la Italia del fútbol llevada al hockey: meto un gol y a defenderlo y marear la perdiz. España no consiguió siquiera empatar. El gran momento vino después del partido: jamás de los jamases se ha visto a un grupo de deportistas españoles llorar como lloraron los Garza, Freixa, los Alegre, Amat Gente de un cuajo especial que subió al podio poco después como zombies. Mañana valorarán la plata conquistada. Que ya se sabe: el bronce se gana; la plata se la cuelga uno tras perder la final. "Era el día de nuestras vidas y lo perdimos", explicaban entre sollozos.

Más tarde, la pena dio paso a la indignación: en la página web de cierto rotativo español se leía: "España pierde la final de hockey sobre patines". "Cornudos y apaleados", comentaron los chicos del stick en su cena de despedida en la Casa de España, donde fueron vitoreados por la concurrencia. Para Pol Amat, Xabi Ribas, Ramón Alegre y alguno más, estos pueden ser sus últimos Juegos. Pol es el único superviviente de la plata de los Juegos de Atlanta 96. "Por eso deseaba tanto el oro, esa medalla ya la tengo". Tranquilo, amigo. ¡Cuántos se cambiarían por ti!".

La del hockey fue, cronológicamente, la medalla número 16 de España, que ayer fue un gran día pues cayeron tres más. Dos, previsibles: las de David Cal en Canoa 1 y el equipo de sincronizada. Cal repitió segundo puesto. Tiene ya un oro y tres platas en dos Juegos. Era el día del piragüismo. Cal pescó metal en Canoa 500 metros y se sintió indispuesto. Los periodistas se agolparon junto a él cuando alguien gritó "¡que va a haber otra medalla!". La hubo, y no se la esperaba nadie. En Kayac 500 metros saltó la sorpresa: dos policías nacionales, Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial, brindaron la carrera de sus vidas y se bañaron en oro entre la sorpresa de sus competidores. Son polis, pero lo suyo tenía truco: llegaron a la final casi por la puerta de servicio; apenas llevan un año juntos y únicamente presentaban un subcampeonato de Europa como referencia. Seis meses fajándose en Sevilla y otros seis en Asturias (rebajados de servicio, naturalmente), dieron su resultado: llegaron como motos y ganaron como si fueran dos fuera bordas con remos: una cosa de locos.

Agua. Entre ellos y el hockey reinó por segunda vez nuestra sincronizada. Las chicas de Anna Tarrés y el waterpolo, que hoy peleará por el quinto puesto, han lavado la imagen de este deporte, que en natación pura y dura sólo fue capaz de dar un finalista (Aschwin Wildeboer). El resto, cero patatero. Problema de dirección y deportivo a gritos. Pero estábamos con las chicas: el Cubo de Agua rugió como en las mejores tardes de Phelps cuando España y Rusia saltaron al agua. Ganaron las rusas por un punto y cuarto de diferencia. Uno no es experto en la materia, pero no me pareció lógica esa diferencia; fue menor y sospecho que los jueces trabajan mediatizados: las rusas son las mejores y después, las españolas. Ganar así es complicadillo. Por cierto, China fue tercera.

Fue la última medalla de Gemma Mengual, que nos contó que ha tomado la decisión más dura de su vida: "Después del Mundial lo dejo". Tenemos Gemma para un año más. Pero la vida continuará y la seleccionara española ya presume de que tiene en su fortín del CAR de Sant Cugat, junto a Barcelona, "la nueva hornada, la que subirá al podio en Londres y después". Seguro que sí.