Relaño presumió de haber vivido en vivo y en directo las dos Eurocopas que la absoluta tiene en su palmarés. Pero la mayoría de nosotros sólo conserva una en la memoria, fresca como la imagen de Casillas con el trofeo al viento y los papelillos bañándole, a él y a los héroes de la Roja, bajo la luna de Viena en junio. Finaliza el mejor año en la historia de la Selección española de fútbol, el de la superación de un trauma que ha desolado a generaciones y generaciones de españoles. Ya nadie soñará con los cuartos. Hubo tiqui-taca televisivo en el Palacio de Congresos de Madrid, porque AS y Cuatro, testigos de aquella gesta de Austria y Suiza, se unieron de nuevo para culminarla con el galardón más sincero, el que ha decidido la afición: el Premio AS. Mismos protagonistas, mismo broche: como en Austria y Suiza, Manolo Lama le puso la voz y Juanma Castaño, el hombre número 24 de Neustift, el alma.

¡Podemos! volvieron a gritar anoche Juanma y Carreño para presentar el libro en el que narran la legendaria experiencia de convivir hora a hora con los que ganaron la Eurocopa. Iker, De la Red, Sergio García, Juanito, Silva, Senna, Capdevila y Cazorla, ocho de aquellos futbolistas, hicieron piña en el escenario mientras admiraban la inolvidable celebración de Colón, convertido aquel 30 de junio en la Cibeles de los aficionados a la Roja.

Seguro que Luis pudo seguir, desde Estambul, una Gala de la que le corresponde un trozo de premio. El Sabio secundará a Senna en un diagnóstico que vale ya para todos los aficionados: "La imagen de campeones ya no se nos borrará. Y esto no es el final: queremos seguir ganando con la Roja". Sobraron las palabras, quedaron y quedarán los fotogramas, sí, con la esperanza de que nos vuelvan a dejar mudos de alegría en el futuro. "No he traído discurso. Sólo digo 'Gracias", se sinceró el capitán Casillas. Pues eso.