Los Señores del Acero arrasarán Tampa

Los Señores del Acero arrasarán Tampa

Los Señores del Acero arrasarán Tampa

REUTERS

Una horda amarilla, armada con las famosas "Terrible Towels", desembarcará en Tampa para destruir, de los modos más humillantes que se puedan imaginar, a sus rivales en la Super Bowl. Son los Pittsburgh Steelers, el equipo más emblemático de la NFL.

Los Steleers sólo llevan pegatina a un lado del casco. Cuando decidieron colocar el escudo de la metalurgia, del sudor del obrero de Pittsburgh que se deja la salud y la vida al calor de los altos hornos, sólo tenían presupuesto para una pegatina por jugador. Y desde entonces el lado izquierdo del casco se ha mantenido limpio de adornos, negro inmaculado, en un homenaje al empleado industrial que no se puede permitir caprichos si quiere llegar a fin de mes.

Ese ha sido el espíritu de los Steelers desde su fundación en 1933. Y con ese espíritu han ganado cinco Super Bowls, las mismas que los Cowboys y los 49ers. El domingo se pueden convertir en el equipo con más títulos, en el mejor de la historia.

Su afición inunda la geografía estadounidense y sus rivales se quejan de que sus propios estadios se llenan de toallas amarillas cuando les visitan los Steelers. Las famosas "Terrible Towels" que bailan en las localidades de todos los campos mientras ruge la marabunta del acero. Que nadie lo dude, la grada del Raymond James Stadium de Tampa tendrá el color amarillo de las toallas terribles durante la XLIII Super Bowl. Y el corazón de los aficionados y jugadores de Arizona se llenará de terror. Los guerreros del acero darán la vida si es necesario, tanto en el campo como entre el público, por la victoria de su equipo.

Y esa es la filosofía de juego de los Steelers. Sin concesiones al espectáculo, siempre buscando la eficiencia de una cadena de producción. Si la final se jugara en su estadio, empaparían el césped hasta convertirlo en un cenagal. Ellos no juegan al fútbol, combaten un partido. Cuanto más barro, más sangre, más viento y más sufrimiento se acumule sobre el terreno, más fácil será para ellos destrozar a sus rivales.

Por eso el domingo nadie espera que el ataque de los Steelers gane el partido. En las casas de apuestas de las Vegas se puja por que será su defensa la que destrozará física y mentalmente al ataque de los Cardinals, la que les sacará del campo llorando, suplicando por la vida. Que nadie lo dude, ese es el objetivo máximo de los Señores del Acero. Eso les ha convertido en la franquicia más respetada y mítica de la NFL.

Además, los Steelers llegan a Tampa buscando reivindicarse. Su último título lo conquistaron en la temporada 2005 venciendo a los Seattle Seahawks 21-10. Pero fue una victoria que quedó empañada por una actuación arbitral lamentable que machacó a los Seahawks durante todo el partido. Fue la final de Jerome Bettis, "El Autobús", tal vez el jugador más mítico de los Steelers en su historia, pero también fue la final en que bautizaron a los de Pittsburgh como "Stealers" (ladrones). Esa afrenta esta grabada a fuego en los corazones de acero de sus aficionados que piden ahora la victoria del desquite.

Hay pocas cosas más sagradas para un aficionado al fútbol americano que el juramento de los Steelers. Y pocos equipos en el mundo, y en cualquier deporte, que muestren con su juego, cada domingo, cómo es el día a día del trabajador anónimo que lucha con su vida para que su familia llegue a fin de mes.