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Un año mágico | Selección

Tocando y tocando les fuimos ganando (a todos)

Fueron 44 años de espera hasta que en el glorioso junio de 2008, la Roja volvió a coronarse reina de Europa. Con el mejor fútbol de selección de los últimos años, los de Luis pusieron España patas arriba.

Tomás Guasch
Actualizado a
<b>CASILLAS, CON LA COPA</b> El madridista fue clave del éxito rojo.

Morten Olsen fue en sus tiempos un magnífi co líbero y siempre un gran deportista. Lo normal sería que en cuanto oyera la palabra España saliera corriendo. Pero no. Fue el primero que dijo aquello de �España es el Brasil de Europa�. Lo hizo en su condición de seleccionador danés, antes de que la Roja ganara en Copenhague por 1-3, la noche de los 29 toques en el gol de Sergio Ramos.

Aquel partido clasificó prácticamente al equipo de Luis Aragonés para la fase final de la Eurocopa y dejó fuera a Dinamarca. Olsen recordaría Querétaro�86, seguro. Él sufrió aquella exhibición (5-1) de los cuatro goles de Butragueño. Su equipo era extraordinario, mejor que el de ahora, con sus Laudrup, Elkjaer-Larsen, Lerby y él mismo. Le llamaban la �Dinamita Roja�. �Tuve la mala suerte y el honor de jugar y perder ante los dos mejores equipos que ha dado España en los últimos veinte años�, se adornó Olsen.

Su ocurrencia de llamarnos el Brasil de Europa cuajó y en términos parecidos se manifestaron posteriormente Platini, Beckenbauer, Donadoni, Hiddink... Fue la mejor defi nición para el juego de un equipo que se sustentó en el toque continuo de unos jugadores livianos de peso y gigantes en talento. Sí: tocando y tocando les fuimos ganando. A todos. Tocando y tocando el equipo se quedó en propiedad la pelota y consiguió que el rival se derrengara buscándola sin éxito. Tocando y tocando España ganó la Eurocopa a través de una exhibición futbolística que plasmó partido a partido en una superioridad no solo incuestionable sino desconocida en los últimos grandes torneos.

La locura. La Roja encaró la hora de la verdad a verlas venir. �Siempre somos favoritos antes de jugar�, se lamentó un día Villa, cuya rapidez, y la de Torres, fueron el complemento ideal del toque-toque de Xavi (elegido al fi nal mejor jugador del torneo), Cesc, Iniesta, Silva, Xabi Alonso... Los chiquitos tuvieron en Marcos Senna a su primo de Zumosol. Cuatro, la televisión de la Eurocopa, acertó el día que presentó su programación con un ¡Podemos! enorme. Podíamos, sí. ¿Pero sería capaz el equipo de hacerlo?

El primer rival fue Suecia, con el que compartimos grupo de clasifi cación. Un ajustado 2-1 dio el triunfo a España. El equipo ganó bien y saltó la primera valla al debutar ganando. A la Rusia de Arshavin le cayeron cuatro. A uno. Con los deberes hechos y el mundo mirando hacia la Roja, el equipo B jugó como el A y se deshizo de Grecia, campeona saliente, por otro 2-1. Sonó la hora de la verdad.

Porque en el cruce de cuartos, tantas veces maldito, tocó Italia. La eliminamos por penaltis tras acumular méritos para haberlo hecho antes. Casillas paró dos y Cesc anotó el decisivo. Aquella noche nos quitamos todos los complejos y vimos claro, nosotros y todo el fútbol, que el título iba a ser español.

La semifinal, 3-0 a Rusia, fue de traca. Y la fi nal, 1-0 a Alemania, corta en su resultado para unos jugones que enloquecieron a una afi ción entregada y que bautizó la plaza de Colón de Madrid como Plaza Roja: ¡hasta el Mundial!.