Viento en popa

Fútbol Sala | Torneo de Medios

Viento en popa

El equipo de fútbol sala de AS ha terminado la primera fase del torneo de medios invicto, con tres victorias, 13 goles a favor y uno en contra. El próximo partido, contra la TVE de Butragueño.

El AS mantiene el rumbo. En la sobremesa de este martes se impuso a Onda Cero por tres goles a ninguno, quizá en el partido más elaborado de cuantos ha jugado hasta el momento. El resultado, no obstante, es concluyente y culmina la fase de grupos con tres victorias, 13 goles a favor y uno solo en contra, propiciado, dicho sea de paso, por un vil rebote. El balance sirve para definir al equipo. El portero, Álvaro de la Rosa, es sencillamente sensacional. Tiene más reflejos que una tienda de lámparas. Desde él se construye lo demás y lo demás se reinventa en cada partido. Cuesta explicarlo: no hay más especialista en los misterios del fútbol sala que Pedro Pablo San Martín, pero el resto del equipo compone una pujante clase media que sobrevive a fuerza de cultura general. Un bloque que se altera poco con los cambios. Y eso aporta una clave para el próximo partido contra la TVE del Buitre: quizá no seamos mejores, pero somos más.

Este martes, Ribot fue el protagonista del choque y por vez primera estuvo a su nivel: abrió la lata, marcó el segundo y descubrió nuevas fórmulas de ataque. Insisto, el equipo está en proceso de descubrirse y lo que se espera de cada partido es que vayan siendo más los que se incorporen. En cierto modo, se trata de un grupo de viejos alumnos que se reencuentran en una cancha muchos años y varios kilos después. Como los amigos de Loquillo. Quique Rubio, que resultará esencial cuando disparen plomo, también mejora. Contra Onda Cero cogió el caballo un par de veces y en la primera rozó el gol. Se confirmó, asimismo, que Aritz Gabilondo ha sacado a pasear la zurda. Suyo fue el tercer tanto, más por pertinaz que por cañonero.

En la segunda parte, todo hay que apuntarlo, se volvieron a repetir los problemas. De los 13 goles conseguidos en la fase previa, sólo dos se han marcado en los segundos tiempos, sin que sepan los propios interesados si el equipo es un ente autónomo que se dosifica o que se distrae. No obstante, la sensación final es que, a pesar de la improvisación absoluta (o casi), se gana sin apuros. Y ayer faltó Fermín de la Calle, otro que será fundamental, al igual que Borja Fernández, sumido en una extraña melancolía contra la que deben luchar, amorosamente, sus compañeras de sección.

No quiero olvidarme de nadie. Espina es un torbellino que ayer estuvo cerca de engullir al árbitro. Picu es un experto en túneles y planes de fuga; Javi Blanco representa una alternativa que será determinante cuando se suelte la melena y Agustín Martín aportó contra Onda Cero, en un par de toques sutiles, la sapiencia del que devora libros de fútbol en arameo. Quien esto firma bastante tuvo con morder dos tobillos y tocar tres balones, confiando en que el torneo se alargue dos años para recuperar la forma y el espíritu.

Será un honor jugar contra el Buitre, el delantero que detenía el tiempo en el área. Pero esta clase media, bullanguera y desordenada, no se detiene ante nadie. De momento y por ahora.