Los vallisoletanos dominaron el ritmo de juego desde el inicio, merced a una magnífica defensa en la que volvió a brillar el guardameta José Manuel Sierra, todo un seguro para el conjunto español que, sin embargo, tardó en distanciarse del partido debido a los fallos cometidos en los primeros compases.

De hecho, Tvedten y Milosavljevic fallaron dos penaltis en los cinco primeros minutos, que hacían presagiar un partido complicado y con tensión para los pupilos de Pastor, pero éstos reaccionaron a la perfección y, gracias a una buena labor de equipo, fueron logrando distanciarse en el marcador (3-7).

Aunque el conjunto rumano apretó en defensa y un mal cambio pitado por los colegiados dejó a los vallisoletanos con sólo cuatro jugadores en pista, pudieron rehacerse de esta situación y no sólo fueron capaces de mantener las diferencias, sino que las aumentaron hasta los cinco goles con los que se llegó al descanso (10-15).

Tras la reanudación, y una vez superada una pequeña "pájara" inicial (16-18), el conjunto dirigido por Juan Carlos Pastor, volvió a dar muestra de una organizada defensa y, de nuevo con un destacado Sierra bajo los palos, pudieron conservar el control del juego y, por ende, del partido.

De los rumanos, el mejor jugador fue Novanc, según señaló tras el encuentro el propio Pastor, aunque los vallisoletanos también consiguieron controlar el pase a los pivotes y sólo anotó tres goles para el Steaua, si bien el máximo anotador, Rudic, no pasó de los cuatro, lo que da muestras de la buena defensa visitante.

Al final, un 27-33 para el equipo español que, tal y como advirtió Pastor, salió a ganar en Rumanía, en una cancha donde el Portland sólo pudo sacar un gol de ventaja y donde equipos de la talla del Chehov perdió, lo que ha supuesto para Pastor "una gran satisfacción", sobre todo, por el "esfuerzo" mostrado por sus jugadores.