Italia saca los colores a una Gales de turismo al descanso

Italia saca los colores a una Gales de turismo al descanso

Italia saca los colores a una Gales de turismo al descanso

Un Gales jugando (del verbo jugar, no competir) sin presión ni tensión frente a una Italia que le sacó los colores en una melé al cuarto de hora.

Hay jugadas que chirrían en el rugby. La salida de su 22 del octavo galés Andy Powell tirando un contrapié con el balón cogido con una mano es una frivolidad indigna en este deporte. Y esa acción resume perfectamente la actitud de los rojos durante la primera parte. Un Gales jugando (del verbo jugar, no competir) sin presión ni tensión frente a una Italia que le sacó los colores en una melé al cuarto de hora.

Los italianos conocían la receta, la enseñó Francia al dejar a Gales sin Grand Slam: esconder la almendra y castigar en campo contrario a los dragones. Mediada la primera parte el balón y el dominio territorial era local. Incluso el marcador registraba un 3-0, tras un golpe de Marcato, que dibujaba perfectamente lo que ocurría en el Flaminio. Nada de rugby y lo poco que había lo ponían los transalpinos.

Gales, con muchas caras nuevas, fue desesperezándose y a los 25 minutos ya rondaba el ingoal azzurri. Un sencillo golpe fallado por Hook les mantenía detrás. Por delantera Italia era más solvente, pero por línea los tres cuartos galeses no tenían rival. Y así a los 26 Shane Williams posaba su ensayo número 45, tras un contrapié a Parisse que chirrió tanto como la jugada de Powell. Por inncesario y por arriesgado.

A la media hora el paquete local volvía a atropellar a los oxidados delanteros galeses arrancando un golpe frente a palos que Marcato pasó sin despeinarse. Segundos después Una desatención del capitán galés, Alun Wyn Jones (jugador número 107 que porta el brazalete de los dragones) volvió a colocar a Marcato frente a los palos visitantes. 9-7. Gales no estaba. Las patadas de Hook no llegaban a la espalda del zaguero rival, ofreciendo con ello la iniciativa a los de Nick Mallet.

La segunda parte comenzó con otra frivolidad. Parisse, octavo italiano, soltaba un pase por la espalda made in Magic Johnson arruinando una jugada en 22 de los suyos. El rugby es sencillo, "tienes que hacer tu trabajo, sólo tu trabajo, pero todo tu trabajo". Y en Gales no estaban cumpliendo la máxima. Y Parisse que sí lo estaba haciendo, se excedía en ocasiones. A los 56 minutos se encendieron la alarmas en Cardiff con el 12-7 tras el cuarto golpe pasado por Marcato. Pero Gatland comenzó a sacar a los pata negra e Italia notó el martillo pilón. Hook metía a los dragones a un croché de distancia. A la hora de partido, 12-10, llegaba Italia redonda, con cuajo, solidaria. Y Gales desorganizada, imprevisible y escocida. Pero otra patada de Hook adelantaba a los visitantes.

Sin merecerlo, Gales mandaba hasta que un exceso de celo de Shanklin situaba por enésima vez a Marcato ante los palos rivales. Y Marcato, 100 por 10 de efectividad, no falló. 15-13. El encuentro estaba en el alambre. Pero el talento aún sigue siendo demasiado enemigo para el trabajo. Y llegó el chispazo Hook, que abrió la defensa italiana con la misma facilidad con la que entra un cuchillo en la mantequilla, fijó a dos defensores y abrió a Shanklin provocando una superioridad en la que el calvo galés llevaba como compañeros de viaje a Henson y Shane. Ensayo y victoria sellada.

Es otra de las máximas del rugby: siempre gana el mejor. Y Gales, cuando aprieta, es mejor, mucho mejor que esta voluntariosa Italia que despide un sospechoso tufillo a barrica. Madera de una cuchara que debe evitar ganando a Francia en el Flaminio. Gales recibe a Irlanda (veremos si gana A Escocia), para evitar el Grand Slam irish y pelear por el título de este año.

Gales era un despropósito. La cara de Gatland en la grada vaticinaba chorreo en el vestuario visitante el descanso. La empanada de los suyos regaló una melé a 5 metros de su ingoal que desató las gargantas del Flaminio. Pero Gales se apretó los machos y con eso le bastó para salvar el apretón. 9-7 abajo. Pero lo peor es que les estaban sacando los colores.