Inglaterra salió dispuesta a presentar batalla y desde el inicio demostró que, a pesar de ser un equipo muy joven, no se iba a arredrar ante la vigente campeona de Europa, a la que le costó más de lo previsto hacerse con el primer set (25-23) debido a sus errores en ataque y a varios fallos en la recepción. Los ingleses amortizaban bien su acierto en los bloqueos y la efectividad de jugadores como Bennet, que fue el máximo anotador de su equipo, para poner en aprietos a los españoles en más de una ocasión, si bien éstos dominaron siempre el electrónico tras superar el 0-1 inicial.

La máxima ventaja fue de cuatro tantos (12-8 y 22-18), pero Inglaterra supo controlar la presión y al final España tuvo que emplearse a fondo (24-23) -el entrenador, Julio Velasco, se vio obligado a solicitar un tiempo muerto- para hacerse con el primer set. En la segunda manga, Inglaterra se creció y, de hecho, anotó puntos con mucha comodidad, lo que evidenció la falta de organización defensiva de los españoles, y dominó el juego durante la mayor parte del set, si bien la máxima diferencia fue de dos puntos (16-18, 18-20 y 20-22).

Pero España hizo valer su veteranía y supo controlar la tensión para dar la vuelta al resultado (23-22 y 24-23), gracias a dos fallos consecutivos de los ingleses, en el saque y en la recepción, que otorgaron el segundo set al conjunto dirigido por Julio Velasco, con el mismo tanteo (25-23) que el primero. El combinado nacional enmendó sus errores y se mostró más seguro en el tercer set, que controló sin demasiadas dificultades, llegando a contar con una ventaja de seis puntos (18-12) que trajo consigo un tiempo muerto del técnico británico, Brokking, para intentar reorganizar el juego de su equipo, muy estático en defensa.

España estuvo muy acertada en el bloqueo y en la recepción y cometió pocos errores en ataque, lo que le permitió mantener esa renta (21-14), que fue ampliando de forma paulatina hasta llegar al definitivo 25-16 con el que terminó el set y el encuentro.