Dado que es más que dudoso que Peary o Cook llegasen al Polo Norte Geográfico, quienes sí pusieron sus pies en ese punto sin lugar a dudas fueron los miembros de una expedición soviética comandada por Kuznetsov en 1948. Fueron transportados en avión hasta las cercanías de los 90º norte.

El afán ruso por el Polo Norte geográfico, motivado por las materias primas, se culminó en 2007, cuando dos batiscafos rusos Mir realizaron una inmersión en el Océano Glacial Ártico e instalaron, justo en esos 90º norte, una bandera rusa así como mensajes para generaciones venideras.

La aeronáutica está muy unida a la exploración ártica y, en varias ocasiones, de una forma trágica. De hecho, los primeros seres humanos en el Polo Norte Geográfico llegaron allí volando en 1926. Lo hicieron a bordo del dirigible Norge, diseñado y pilotado por el italiano Umberto Nobile. A bordo iban Roald Amundsen, conquistador del Polo Sur, y Lincoln Ellsworth, quien posteriormente sobrevolaría el Polo Sur Geográfico. Poco después, Amundsen desaparecería en un vuelo de rescate de Nobile y su tripulación.

Otros que tampoco tuvieron suerte fueron los tripulantes de un globo aerostático dirigido por el sueco Andrée. Su aventura comenzó en las islas Svalvard, el 11 de julio de 1897. Tres días después se estrellaban sobre la banquisa. Comenzaba para ellos un calvario de tres meses sobre el hielo sin equipo adecuado en busca de una salvación que nunca llegó. Según los expertos, lo que acabó definitivamente con ellos fue la triquinosis, por haber comido carne de oso polar deficientemente cocinada.