"Ganaba el oro seguro; esto es una injusticia"

Natalia

"Ganaba el oro seguro; esto es una injusticia"

"Ganaba el oro seguro; esto es una injusticia"

Natalia Rodríguez considera que en su incidente con la etíope Gelete Burka no hay nada contrario al reglamento.

Secuencia por secuencia. Empieza la carrera, una final de Mundial, a cara de perro, dura agresiva

Sabíamos lo que podía venir. Las semifinales ya habían sido duras y habían pasado muchas cosas: codazos, empujones

(Natalia Rodríguez comparece ante los medios españoles en plena revisión de la descalificación por el Jurado de Apelación. Con lágrimas en los ojos y las zapatillas en la mano. A unos metros, las tribunas del Olympiastadion de Berlín rugen con la final del 4x400).

Arde la carrera. Codo con codo y en la última vuelta, se desatan las hostilidades

Iban pasando cosas desde la salida. La carrera no era tan rápida como agresiva: lo previsto. Al fin, yo intento situarme, a la entrada de la última curva. Había sitio suficiente para pasar, no sé si Jamal me toca, Burka se echa al lado para que yo no pase y nos enganchamos. Ella cae. En todo caso, no es un gesto agresivo, porque yo veía que pasaba, con seguridad. Lo más, se trata de un gesto defensivo.

¿Hasta qué punto hay un contacto que provoque la descalificación?

No hice nada antirreglamentario. Hay un forcejeo y, cuando vuelvo la cabeza, veo a Gelete Burka en el suelo. Sé que pisé la hierba un poco, por el tropezón, pero al momento ya había vuelto a la pista.

Recta final, con el estadio conmocionado y Natalia Rodríguez en plena estampida, imparable hacia la medalla de oro

Siempre he estado segura de que iba a ganar esta carrera. Había hecho la mejor temporada de mi vida en entrenamientos y marcas, la tenía en la mano, no había forma de que se me pudiera escapar.

Natalia cruza la meta y, al momento, cara de amargura.

Me giré y vi a Burka caída. En ese momento, me supo mal por ella. No quería imaginar lo mal que se podía sentir en un momento semejante.

Entonces llega Rafa Seguí, el director en pista de los fotógrafos, con la bandera de España para la vuelta de honor y

Me dije a mí misma: 'No doy la vuelta, por si éstos me apedrean'. Vi que el estadio se había vuelto loco, pero en contra mía. Pitaban y silbaban. Caídas y codazos hay muchísimos, hemos visto muchos en este Campeonato pero, evidentemente, la gente se había quedado con eso. Decido no dar la vuelta a la pista porque en ese momento era algo como demasiado descarado, ¿no?

(Rafa Seguí, veterano director de los fotógrafos y de la organización en la pista de los Mundiales de Atletismo, el hombre que entregó la bandera a Natalia, explicaría: "La estaba animando a dar la vuelta, pero entonces le vi la cara rara, triste, y me di cuenta de dos cosas: primero, de que el público estaba pitando mucho, y segundo, en el marcador electrónico, vi cómo pisaba la hierba después de la caída. Pensé que la iban a descalificar, sólo por eso y, tal como estaba la cosa, dije a Natalia que mejor dejarlo. Posó con la bandera sólo un momentito. Así de dura es la vida de un atleta").

Sigamos, Natalia. En la comparecencia ante las televisiones, ya llega la incertidumbre

Es cierto. Nuria me animaba mucho e intentaba que estuviera bien, pero yo me sentía aún más intranquila, por cómo había acabado todo, y por la reacción del público tras la repetición en los videomarcadores.

(En el pasillo de la zona mixta, entre las televisiones y el resto de medios, la IAAF hizo oficial la descalificación de Natalia Rodríguez. Las estadounidenses Wurth y Willard insisten: "Codazos y empujones ha habido en todas las carreras").

Y, en conclusión

Siento que es una injusticia. Tenía la medalla en mi mano. Nunca intenté que pasara una cosa como ésta. Sentía, siento que ésta es la temporada de mi vida. Estas son las cosas que pasan. Pero me mantendré fuerte. Ahora voy a Zúrich, el viernes, a por marca. Así es el atletismo...