Bolt hizo la cuarta marca de la historia en los 200

Atletismo | Memorial Ivo van Damme de Bruselas

Bolt hizo la cuarta marca de la historia en los 200

Bolt hizo la cuarta marca de la historia en los 200

Isinbayeva, Bekele y Richards se repartieron el millón

En los 200 metros, Usain Bolt. En el foso del salto con pértiga, Yelena Isinbayeva. Los dos mitos actuales del atletismo mundial deleitando al mismo tiempo a los 50.000 espectadores en el Estadio Rey Balduino de Bruselas, antiguo y trágico Heysel.

Bolt tomó la salida como un bólido, corrió la curva como suele, a toda máquina, cosa inédita en la historia para un atleta de su estatura (1,96 metros). Para él no existe la fuerza centípetra, esa que te echa para fuera de la pista.

Al llegar a la recta puso el freno de mano y se limitó a ganar. Lo que sucede es que Bolt, con el freno de mano echado corre más que nadie. Había dicho que quería batir el récord del estadio (19.79), pero no había aludido para nada al récord del mundo. De hecho ya advirtió tras los Mundiales de Berlín que el capítulo de plusmarcas se había terminado. El Relámpago acabó en 19.57, cuarta mejor marca de la historia. Muy poco para cosa extraordinaria para todos los demás.

Isinbayeva.

Inmediatamente después, Isinbayeva se enfrentaba a 5,07 metros, un centímetro por encima del récord mundial que estableció hace ocho días en Zúrich. Esta vez no pudo, pero volvió a demostrar que es la mejor, tropezón de los Mundiales aparte. Salvó 4,70 a la primera y luego derribó las tres veces sobre 5,07 metros. Pero se llevó su parte correspondiente en el botín del millón de dólares en lingotes de oro con el que se premia a los que ganan las seis reuniones de la Golden League, que ayer terminó. Lo compartirá con la cuatrocentista estadounidense Sanya Richards, nacida en Jamaica, y con el etíope Kenenisa Bekele.

Sanya humilló a todas sus oponentes, entre las que se encontraba la campeona olímpica, la británica Christine Ohuruogu, a la que aventajó en un segundo y medio, una distancia sideral. Bekele triunfó en unos 5.000 metros con final apretado, pero en los que demostró que puede ganar en cualquier condición: en carreras a ritmo de récord del mundo o en las que sólo importa la victoria.

Bolt fue de nuevo el rey y Bruselas se rindió a sus pies. La carrera de 100 metros, que se celebró 40 minutos antes, ofreció un triunfo claro de Asafa Powell sobre un alicaído Tyson Gay, que ya piensa más en el quirófano que en otra cosa.