Pacquiao es el mejor boxeador que yo haya visto en mi vida. Y eso incluye a Ali y Sugar Ray Leonard", resumió el promotor Bob Arum tras la exhibición del diablo filipino. Manny Pacquiao acababa de dictar una lección de boxeo ante un perplejo Miguel Cotto, 16.500 personas en el MGM de Las Vegas y otro millón más que pagó 55,95 dólares por verla en la HBO.

El juez Kenny Bayless acababa de parar la pelea en el 12º asalto, a 55 segundos del final, después de que el rapidísimo Pac-Man hubiese mandado al campeón del peso welter de la Organización Mundial de Boxeo a la lona con una derecha en el tercer asalto y un gancho de izquierda en el cuarto. Un tremendo castigo que no arredró al puertorriqueño, que obligó a su esquina a no tirar la toalla. "No veía por dónde me venían", reconoció Cotto, que lanzó 172 golpes por la avalancha de 336 de Manny.

Pacquiao, con el cinturón del welter (66,67 kg), se convirtió en el único púgil con títulos mundiales en siete pesos diferentes, pues empezó en el mosca (50,8). Ahora, ya se habla de la gran superpelea contra el reaparecido Floyd Mayweather jr., que se podría celebrar en el Yankee Stadium de Nueva York. "¡Queremos a Floyd!", coreaba el público. "Sólo digo que Mayweather ya sabe qué número tiene que marcar", dijo Arum. Hoy mismo está prevista esa llamada.