Soy muy afortunada al recibir este premio tan prestigioso, porque AS hace posible que el deporte español siga progresando", dijo Marta Domínguez al recibir su trofeo (vestido azul, medias azules, cabellera rubia y alborotada) de manos de Arantxa Sánchez Vicario, otra exponente de la Furia Española.

El título mundial de Marta en Berlín es el colofón a una carrera deportiva que comenzó en San Sebastián, en 1993, con motivo de la inauguración del estadio de Anoeta.

La palentina se proclamó allí campeona europea júnior de 1.500. Marta ha recorrido un largo camino desde aquel título hasta el oro en los Mundiales absolutos: ha sido dos veces subcampeona mundial de 5.000; dos veces campeona europea en la misma distancia, oros en pista cubierta y en cross...

Pero Marta es mucho más que eso. Toda España sufrió cuando a falta de 220 metros tropezó con un obstáculo y cayó dramáticamente al suelo cuando luchaba por las medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Marta trasciende a su deporte. Es 'Marta de España', como tituló AS tras su oro de Berlín.

Tiene ese obstáculo grabado en la mente (¡quién no lo tendría!), pero en los Mundiales de Berlín lo salvó con elegancia y ahí sentó las bases de su triunfo, aunque lo decantó en la última recta.

Marta aceleró, se vio triunfadora, sacó la lengua y luego se quitó la cinta rosa y llegó a la meta más victoriosa que nunca.

No se sabe si Marta se acordó entonces de aquella medalla de oro que ganó en el estadio de Anoeta, que fue el principio de su carrera internacional, brillante como pocas. Pero Marta es mujer que mira más al futuro que al pasado. Y en el futuro está el Europeo de Barcelona 2010 y, sobre todo, los Juegos de Londres 2012, porque la chica de la cinta rosa tiene todas las medallas, salvo la olímpica. La conseguirá.