La selección española de balonmano femenino se clasificó para las semifinales del campeonato del Mundo al vencer a Rumanía por 26-25 con un gol en el último segundo de Macarena Aguilar.
España salió muy enchufada a un partido que sabía era vital para sus aspiraciones, puesto que de no ganar se la tenía que jugar en el próximo partido con la todopoderosa Noruega, y gracias a un gran trabajo defensivo y a una buena circulación en ataque, consiguió mandar en el marcador, aunque con pequeñas ventajas y marcharse al descanso con dos goles a favor, 14-12.
En el inicio de la segunda parte el conjunto de Jorge Dueñas no supo aprovechar su superioridad numérica para distanciarse más y permitió a Rumanía devolver el equilibrio haciendo gala de su gran potencial y puso el partido muy cuesta arriba para las españolas, que reaccionaron de forma increíble en los últimos tres minutos.
A falta de esos tres minutos, España perdía 23-25 y decidió jugarse el todo por el todo con una Marta Mangué inconmensurable. La canaria -máxima goleadora de la contienda con ocho dianas- provocó, como le había pedido Dueñas en un tiempo muerto previo, la expulsión por dos minutos de una jugadora rumana y después fue la autora del 24-25.
La selección española no se dejó amedrentar por los nervios y con una reacción plena de casta y orgullo se fue a por el partido y a por las semifinales.
Tras el empate a 25, Rumanía intentó enfriar el partido pero las jugadoras españolas estaban muy metidas en el partido y un ''semifly'' de Macarena Aguilar en el penúltimo segundo significó el 26-25 final, la victoria, la clasificación para semifinales y escribir una nueva página en la historia del balonmano femenino español.
España ya está en semifinales. Mañana será jornada de descanso y el martes Noruega será el rival (12.15 horas CET) en un partido que servirá de preparación para la lucha por las medallas.