Montañismo | Triste final
La nieve sepultó a Tolo Calafat en el Annapurna
Tolo Calafat no superó la segunda noche en el Annapurna, a unos 7.600 metros, donde se había desplomado sin fuerzas cuando descendía de la cumbre junto a Juan Oiarzabal, Carlos Pauner y unos sherpas. A pesar de dar sus coordenadas, un helicóptero de altura no consiguió localizarle.
Tolo Calafat (40 años y dos hijos) descansa en las laderas del Annapurna (8.091 m) tras fracasar el intento de rescate en helicóptero de ayer. La nave realizó tres pasadas a una altura cercana a los 7.600 m (el mallorquín había comunicado con antelación las coordenadas a sus compañeros), pero la nieve había cubierto el cuerpo del montañero, que permanecerá allí, y éste no pudo ser localizado. Para entonces, ya estaba muerto.
Calafat se rezagó en el descenso tras hacer cima el martes y ya tuvo que pasar una noche a la intemperie que le desgastó considerablemente. Además, según todos los indicios, a esas alturas ya tenía un principio de edema cerebral.
Ante la evidencia de no poder realizar el rescate, el helicóptero sí evacuó a los montañeros y sherpas que estaban aislados en el campo 4 del Annapurna, entre ellos a Juanito Oiarzabal y a Carlos Pauner. Una vez en el Base, Oiarzabal comentó que "se podía haber hecho más por Tolo. Los sherpas de la coreana Oh Eun-Sun, por ejemplo, no quisieron subir. Y eso que les ofrecimos 6.000 euros a cada uno".
Edurne Pasaban, desde el Shisha Pangma, se unió al dolor de sus colegas y habló de Calafat con ternura. "Era una persona muy alegre y simpática. Un bromista y un deportista muy fuerte que, además, solía correr maratones y cosas parecidas. Es una gran pérdida".
Pauner y Oiarzabal irán mañana en helicóptero a Katmandú. Allí tratarán de cambiar los billetes de vuelta a España para retornar cuanto antes. Se les espera en casa a mediados de la semana que viene aunque, seguramente, tendrán que pasar por Zaragoza para que les sean revisadas sus congelaciones.