Lorenzo se instala en el Olimpo de los más grandes

Le entregó el premio un amigo suyo, el cómico José Mota, con el que ha hecho alguna colaboración en la tele, porque le va el show y porque puede, que para eso iba camino de ser campeón de MotoGP y hoy ya lo es, el primero de la historia del motociclismo español. Repartió sonrisas, atendió a sus fans, los cuarenta espartanos que le acompañaron en la gala de los Premios AS y recogió el suyo, que le sitúa al nivel de otros grandes de este mágico año 2010, como los futbolistas que al fin nos hicieron campeones del mundo y el majestuoso Nadal, con el que comparte tierra (Mallorca) y hambre de gloria para intentar ser cada día el mejor del mundo en lo suyo.

Jorge Lorenzo es el valiente que ha destronado a Valentino Rossi, llevándole al límite con las mismas armas como nunca antes lo hizo nadie. Una hazaña así merecía este premio, que recibió con estas palabras: "Me siento muy orgulloso de poder representar a España y de haberle dado el segundo título en la clase reina. (No se olvida del logrado por Crivillé en 500cc, en 1999, lo que se agradece). Es un lujo poder compartir estos premios con deportistas tan importantes como Nadal, la Selección española de fútbol y mi compañero de profesión, Márquez".

Eran palabras sentidas porque, como dijo entre bastidores, "uno nunca se cansa de recibir premios y lo difícil, a partir de ahora, será mantenerse, pero lo voy a intentar con todas mis fuerzas".

La gran virtud de Lorenzo desde su desembarco en el Mundial ha sido la capacidad de corregir cada año defectos del anterior. Subió a MotoGP con el aval de dos títulos de 250cc y en ese 2008 se convirtió en el mejor debutante de la historia de MotoGP, con un cuarto. En 2009, peleó por el título con Rossi, pero las caídas le apartaron de su meta. Y en 2010, como siempre mejora, siguió peleando, sin una sola caída, y terminó arrasando. Es todo un grande.