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ASOBAL | VALLADOLID 28 - TORREVIEJA 24

El Cuatro Rayas se impone a un correoso Torrevieja

Cuatro Rayas se complicó la vida, aunque supo administrar la ventaja y concluir el partido con un marcador que le mantiene con opciones de finalizar el campeonato en la tercera posición.

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<b>VALLADOLID 28 - TORREVIEJA 24</b>.
VALLADOLID 28 - TORREVIEJA 24.Víctor J. Blanco

El Cuatro Rayas Balonmano Valladolid se ha adjudicado la victoria ante el BM Torrevieja en un partido en el que siempre fue por delante, pero que estuvo igualado gracias a lo correoso que se mostró el bloque visitante en defensa. El Cuatro Rayas Balonmano Valladolid comenzó el duelo mandando en el electrónico, gestando una nimia ventaja en una sólida defensa, con Alonso de avanzado, y un Sierra imperial. Sin embargo, el punto de mira del cuadro vallisoletano andaba desviado. De ahí el famélico tanteo de los primeros compases del choque, con ambos conjuntos sumergidos en un océano de imprecisiones (3-1, a los diez minutos).

La pugna en las retaguardias era encarnizada, lo que propició que ambos conjuntos se cargasen de amonestaciones. No en vano, al bloque vallisoletano se le veía más suelto en la elaboración, algo de lo que carecía el cuadro de Torrevieja (Alicante) hasta que Simonet animó a su equipo con varias acciones en las que sacó los colores a los locales.

Sierra sostuvo a su equipo en la portería ante la amenaza visitante y Bilbija recuperó la cadencia anotadora vallisoletana sobre el minuto veinte del primer período, para después entrar en una fase anodina en la que el BM Torrevieja aparentaba una mayor lucidez, con Rochel acaparando las transformaciones. El Cuatro Rayas Balonmano Valladolid aguantó el tipo. Mantuvo su renta y llegó al descanso con una ventaja de dos goles que hacía presagiar un emocionante segundo período.

Y así fue, pues tras el descanso, el Catro Rayas Balonmano Valladolid se topó con un inspirado Pejanovic que contribuyó a que, por primera vez desde que comenzó el partido, el tanteo se igualase. Un espejismo para el cuadro alicantino, pues el equipo de Juan Carlos Pastor retomó el pulso al choque en cinco minutos, mandando de nuevo en el electrónico. No obstante, le costaba horrores atravesar la muralla edificada por Borja Fernández, quien consiguió secar a varios de los jugadores de ataque vallisoletanos. Hasta que Ángel Romero entró en escena y consiguió deshacerse hasta en tres ocasiones de su pegajoso marcaje.

Entonces fue cuando el partido se rompió. Un parcial de 5-0, aliñado con la providencia de Sierra e instantes de gran fluidez ofensiva, que sirvió para que, hacia la mitad del segundo tiempo, el Cuatro Rayas Balonmano Valladolid empezase a vislumbrar el camino de una importante victoria para alcanzar su objetivo de finalizar el campeonato en el tercer puesto (Liga de Campeones). El BM Torrevieja se desangraba. Se mostraba inoperante y desesperado en ataque, mientras que, en defensa, evidenciaba una fatiga de la que se estaba sirviendo el equipo local para labrar el triunfo. Su técnico, Manuel Laguna, pidió un tiempo muerto a falta de nueve minutos del final con el fin de revertir la dramática situación.

Lo intentó, pero el portero del Cuatro Rayas Valladolid, José Manuel Sierra, era un muro infranqueable, un coloso que a falta de seis minutos había repelido diecinueve balones, algunos de ellos notablemente meritorios. Sin embargo, el resto del equipo vallisoletano se sumió en un período de relajación, perdió ''punch'' en ataque y, en dos minutos en los que estuvo en superioridad numérica, encajó dos goles, fruto de pérdidas absurdas bien definidas por el BM Torrevieja al contraataque (25-22, a falta de cinco minutos). Se complicó la vida en exceso, aunque, en los instantes finales, supo mantener la calma, administrar la ventaja y concluir el partido con un marcador de 28-24 que le mantiene con opciones de finalizar el campeonato en la tercera posición.