Los All Blacks remontan y cierran el año perfecto: 14 de 14

Diecinueve abajo... Eso no estaba en el guión, eso seguro”. Steve Hansen, el seleccionador de Nueva Zelanda, todavía se frotaba los ojos en la sala de prensa ante la remontada (22-24) que tuvieron que hacer los All Blacks frente a Irlanda, en Dublín, para poder redondear el año perfecto: 14 victorias en 14 partidos, la mejor marca anual conseguida nunca en la era profesional del rugby. Hansen se frotaba los ojos y recuperaba las pulsaciones: “Todos teníamos mucha fe en el grupo que había en el campo y sabíamos que si manteníamos el oval durante el tiempo suficiente, íbamos a anotar... Si nos hubieran puesto un pulsómetro nos hubieran medido la frecuencia cardíaca por las nubes”.

La fe sobrepasó el tiempo reglamentado en torno a un minuto y medio, y fue entonces, ya en la prolongación, cuando Ryan Crotty, que había entrado en sustitución de Dagg en el minuto 52, materializaba el ensayo que ponía el empate a 22. La posterior patada de Aaron Cruden, que entró de titular para relevar al lesionado Dan Carter, colocaba el definitivo 22-24. No era una victoria cualquiera. Con las pulsaciones por las nubes, los All Blacks apretaron con el corazón en un partido que llegaron a ir perdiendo 19-0 (minuto 17) y 22-7 (al descanso) ante una Irlanda desatada, porque sabían que el triunfo venía acompañado esta vez por un premio extra.

Nueva Zelanda cerraba el año natural en estos matches de otoño con un pleno de 14 victorias, lo nunca visto. En 1989, también los All Blacks habían contado sus partidos por triunfos, pero sólo fueron siete; mientras que en 1997 también acabaron invictos, pero con 11 victorias y un empate.

Los oceánicos caminan también hacia otro récord: la racha de victorias homologada por la IRB (la federación internacional). El mejor registro está en posesión de una modesta y poco tradicional Lituania, con 18 entre 2006 y 2010. Los All Blacks llevan 16, y ya fueron frenados dos veces en 17 (1965 a 1969 y 1997 a 1998), en ambas ocasiones por los Springboks de Sudáfrica.

En la otra cara de la moneda estadística, Irlanda dejó escapar la posibilidad de ganar por primera vez en 108 años a Nueva Zelanda, ante la que ya suma 27 perdidos y un empate. “Incluso una igualada hubiera sido considerada una derrota, teníamos el balón en la mano a 24 segundos del final”, se lamentaba Joe Schmidt, el seleccionador neozelandés del equipo del Trébol.