El Barcelona levanta su novena Copa de Europa en Colonia

Llegó la novena del Barça. Al final ganó el título en Colonia para olvidar las dos malas experiencias de años anteriores. En su decimotercera final no falló ante el Veszprem húngaro españolizado, que en esta final no brilló como en otros partidos: Nagy fue su sostén, mientras que Ilic acabó desdibujado ante Saric, que una vez que le tomó la distancia, le secó: incluso estuvo a punto de pararle un penalti, pero el lanzamiento del bombardero húngaro le dobló la mano. 28.23 al finalm  sin sufrimiento y sin épica para el Barça, que fue mejor de principio a fin (14-10).

En la final, en el partido que realmente pone nota a la temporada del Barcelona, Pascual apostó por los justos. Han llegado tan descansados al final de temporada que no necesitaba cambios, y de hecho sólo alineó a 10 jugadores y medio, porque Lazarov apenas llegó a los siete minutos en la pista, y Rutenka ni saltó a jugar. Los extremos (Víctor Tomás y Sigurdsson) y el portero Saric) no tuvieron descanso, mientras que Gurbindo, del que se dice que acaba su época barcelonista, cumplió en ataque y en defensa dejando a Lazarov en el banquillo.

Karabatic logró su tercer título de campeón, con el tercer equipo. Ya se puede ir a París sin remordientos. Vino para ganar una Champions y lo ha conseguido. No se lo podrá reprochar nada, ni su interés por ganar por encima de todas las cosas, porque desde su actuación pasional vino el triunfo azulgrana: fue goleador, defensor y creador. Todo. Como Raúl Entrerríos, otro de los sobresalientes ayer.

Los dos equipos en 6-0, pero más intenso el Barcelona, más ágil, con más movimiento, con una intensidad tremenda para colocarse con ese colchón de ventaja que le permitió llegar a un final cómodo, para que Noddesbo acabase por dar la puntilla al cuadro húngaro, que ha vuelto a dar otro pasito en su subida al trono, y ya juega finales.