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"Concussion": si la realidad no frena a la NFL, menos la ficción

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“Te enfrentas a una corporación que es dueña de un día de la semana”.

A juicio personal, esta es la frase que mejor describe a la NFL y el nivel de popularidad, poder e influencia política y económica que ejerce desde hace varios años en Estados Unidos y que sirve como modelo a otras “corporaciones” deportivas alrededor del mundo.

Esta línea está en el guión de la película protagonizada por Will Smith y que lleva el nombre de “Concussion” (Conmoción, traducido al español) y que a poco menos de cuatro meses de su estreno ya es considerado el golpe crítico más contundente que recibirá la NFL en relación al tema que tiene en vilo a los jerarcas de la Liga.

La historia gira alrededor del doctor nigeriano Bennet Omalu, personificado por Smith y quien descubrió la Encefalopatía Traumática Crónica (CTE), que no es otra cosa que la degeneración progresiva del cerebro por los golpes constantes que sufren los atletas, particularmente los jugadores de futbol americano, en la cabeza.

El doctor Omalu descubrió la enfermedad al practicar la autopsia de Mike Webester, jugador emblemático de los Acereros de Pittsburgh que se desempeñó en la posición de centro y falleció en 2002 tras sufrir de depresión, demencia y amnesia, síntomas que, ahora se sabe, están relacionados con la CTE.

Webster, quien fue inducido al Salón de la Fama en 1997, jugó con Pittsburgh de 1974 al 88 y terminó su carrera en Kansas City en 1990. Los siguientes 12 años de su vida los vivió, si así puede decirse, en la oscuridad. Incluso, optó por hacer de su camioneta su hogar por un buen rato y rechazó la ayuda de amigos y ex compañeros que le ofrecían pagar la renta de una casa.

La película incluye al personaje de Webster, emblema de la lucha de decenas de ex jugadores que ahora batallan con enfermedades cerebrales y contra la NFL, y la finalidad de la cinta, según dijo su director Peter Landesman al periodista Peter King, de Sports Illustrated, no es otra más que informar a la gente sobre el riesgo de jugar futbol americano desde la infancia y provocar que los padres de familia tomen la decisión de permitir que sus hijos lo jueguen con más elementos.

En los últimos 13 años, las investigaciones sobre los traumas cerebrales y la degeneración cerebral que provocan el deterioro en la calidad de vida de los ex jugadores han llevado a varias preparatorias en EU a cancelar sus programas de futbol americano.

En el trailer de la película, que se estrena el 25 de diciembre en EU, se aprecian dos escenas de impacto mientras el doctor Omalu advierte que, “de no hacer algo, la gente continuará muriendo”.

Sí. La línea suena muy hollywoodense y más si se ilustra con escenas de un auto que choca y explota en una autopista y la de una mano tomando una pistola del buró. Pero los casos de Junior Seau o Jovan Belcher nos demuestran que la realidad supera la ficción.

Seau se suicidio en mayo de 2012 y en diciembre de ese año, Belcher, quien era jugador en activo de los Jefes de Kansas City, se quitó la vida frente a su coach tras asesinar a su novia. Estudios en sus cerebros encontraron que ambos sufrían de CTE.

Aunque la película de Will Smith retrata la lucha frontal del doctor Omalu contra la NFL, la realidad es que, desde ahora y al estrenarse la cinta, la Liga no padecerá más allá de soportar las críticas por no actuar en los años 1970, 80 y 90 con diligencia al no informar a los jugadores de los riesgos por sufrir conmociones con frecuencia con tal de que se mantuvieran en acción.

Es esa la razón por la que alrededor de 4 mil 500 ex jugadores demandaron colectivamente a la Liga y consiguieron un acuerdo por mil millones de dólares para el tratamiento de diversas enfermedades cerebrales en la actualidad y por los próximos 65 años.

Actualmente ya hay un protocolo que un jugador que sufre una conmoción debe seguir para recibir el permiso de volver al campo en el mismo partido, al siguiente o hasta que esté listo, pero el riesgo no es exclusivo de la NFL.

El riesgo se presenta desde niveles inferiores, desde la universidad, la preparatoria y ligas infantiles y si lo sucedido con ex jugadores como Webster, Seau o Belcher inclina a los padres de familia a no llevar a sus hijos al futbol americano en la niñez y adolescencia, la NFL sí podría enfrentar en algunos años una verdadera crisis.

En la actualidad, a la NFL le hacen cosquillas pocas cosas y cuando eso pasa, como ha sucedido con el tema de las conmociones cerebrales, ha soportado el embate sin sufrir muchos rasguños y una película no provocará grandes cambios en su estructura y operación.

En varios países, incluido EU, se han producido películas con duras críticas a los gobiernos o figuras públicas y muy pocas cosas cambian, si es que cambian.

Al final, la realidad es que la corporación dueña de un día de la semana en EU y que genera más de 10 mil millones de dólares al año está lista para poner en marcha su negocio, porque, pese a todo, el show debe continuar.