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RUGBY | MUNDIAL

Los 5 borrones del Mundial: del fiasco inglés a las lesiones

Inglaterra es el gran perdedor de este Mundial donde era anfitrión, pero no es el único borrón de esta primera fase: las lesiones, Italia, sanciones...

Actualizado a
Owen Farrell en un entrenamiento de Inglaterra.
Henry BrowneREUTERS

No todo fueron buenas noticias en la primera fase del Mundial, también hubo varios borrones o protagonistas que lo fueron por haber quedado lejos de cubrir sus expectativas tras estas tres primeras semanas de competición:

1) Inglaterra, un fiasco histórico. 

De candidata al título, anfitriona cuya expectativa era batir en la final a los All Blacks, a caer ante tu gente frente a Gales y ni siquiera llegar a cuartos de final. Primer organizador que no pasa la primera fase. El problema no son los resultados sino que trasciende a lo estructural. Su rugby no convence y Lancaster da la sensación de estar desaprovechando a una generación. El descontrol es tal que sus dos ayudantes Andy Farrell y Graham Rowntree fueron sancionados por hacer indicaciones a los árbitros en el duelo ante Australia, quejándose de cómo estaban interpretando las melés. Mal perder. Está por ver cómo acabará el Mundial para ellos, pero podría costarle el puesto al seleccionador y también que entrasen nuevos jugadores. También notoria la pérdida a nivel económico.

2) Francia-Italia: cuando un 'suficiente' realmente no lo es. 

Cumplieron los mínimos marcados antes del Mundial pero eso no basta. Francia está en cuartos, es cierto, pero su primera fase será recordada por que apenas hizo 9 puntos ante Irlanda (en el duelo clave para asegurar un buen cruce de cuartos) y por la gran bronca que el seleccionador Phillipe Saint-André se marcó en el descanso ante Rumanía. Suele ir a más pero verse ante Nueva Zelanda le deja con muy pocas opciones de avanzar. También en el Grupo D militó Italia, que fue derrotada con facilidad por Francia en la primera jornada. Si el resultado fue apretado ante Irlanda se debió exclusivamente a la suficiencia del Trébol, que dosificó fuerzas. Lo pasó muy mal ante Canadá. Al menos aseguró plaza para 2019. La plaga de lesiones abrió la puerta a nuevos jugadores.

3) Lesiones: ninguna potencia se salvó de esta plaga. 

No se recuerda un Mundial con tantas bajas, ya fuera en el proceso de preparación o sobre la marcha. Todos los equipos han perdido jugadores importantes. ¿Casualidad? En Torneos anteriores no pasaba. Al martirio de Gales hay que sumarle que Sudáfrica perdió a De Villiers, Nueva Zelanda al pilar Woodcock, Inglaterra a Billy Vunipola, Australia a Skelton, Francia a Huget, Italia a Masi y Castrogiovanni... e Irlanda, que perdió a Payne, acabó ante el Gallo con tres primeras espadas KO: Sexton, O'Connell y O'Mahony.

4) Comités de Disciplina: sanciones discutidas. 

El primero en ser castigado de forma excesiva fue el argentino Galarza, al que su víctima Retallick casi exculpó. Luego se vieron imágenes similares en otros partidos que no tuvieron sanción (el francés Flanquart). A Tuilagi le cayeron cinco semanas y tras las críticas vertidas desde todos los frentes, su apelación surtió efecto y le bajaron a dos semanas. Sorprende que acciones que se vieron por televisión y que fueron señaladas en su momento por los propios árbitros como golpe de castigo (Hooper embistió a Brown en el Australia-Inglaterra) luego para el Comité significan una semana de penalización. El uso del TMO (juez de vídeo) por parte de los árbitros también se criticó mucho, sobre todo en los primeros encuentros, ralentizando demasiado el juego.

5) Tonga, Samoa, Fiji: Polinesia pierde su magia. 

Durante años vivieron de su juego explosivo. Tienen el físico pero insisten en la anarquía. En un rugby cada vez más profesionalizado equipos como Georgia o Japón han sacado los colores a Tonga y Samoa, teóricos favoritos en dichos cruces. Incluso Fiji, pese a estar en el Grupo de la Muerte, ha evidenciado unas carencias defensivas importantes. El Pacífico sigue anclado en su rugby mientras otros países emergentes parecen haberles rebasado. Cuenta con jugadores estrella en grandes ligas pero son incapaces de armar un equipo como tal a nivel de selección.