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Kansas City Chiefs

Resurge Kansas City con diversificación ofensiva

La ausencia de Jamaal Charles le ha permitido a los Jefes usar más armas al ataque. A la defensiva, el grupo ha dejado salir su espíritu a oportunista.

Actualizado a
Jeremy Maclin, receptor de Kansas City Chiefs, celebrando un touchdown con sus compañeros de ofensiva.
JAMIE SQUIREAFP

¿Alguien se acuerda de Jamaal Charles? En un giro inesperado e irónico, la ausencia de Charles en el backfield juega un papel clave en la racha de seis victorias de Kansas City y en el resurgimiento del equipo como contendiente a Playoffs.

Con Charles, los Jefes ganaron su primer duelo de la campaña y perdieron los cuatro siguientes. Kansas City perdió el primer juego sin su corredor estrella, pero han ganado los últimos cinco.

Dos aspectos han sido fundamentales en el buen paso de los Jefes: la posibilidad de establecer su ataque terrestre y no usar al corredor en turno –Charcandrick West o Spencer Ware—de más en el juego aéreo y el cuidado del ovoide.

Hasta que sufrió la rotura de ligamentos en la rodilla derecha en la Semana 5 ante Chicago, Charles promedió 14 acarreos y 72.8 yardas por juego. En total, el ataque terrestre de Kansas City producía 109.8 yardas por encuentro.

Sin Charles desde la Semana 6, West tomó la titularidad y tras sufrir una lesión en el muslo en la Semana 11 en San Diego, Ware ha sido el caballo de batalla en ese renglón y con ellos, el promedio de yardas por tierra de los Jefes ascendió a 136.3 yardas por partido.

Lo que refleja que el ataque terrestre es el responsable de la eficiente marcha de la ofensiva en Kansas City es el hecho de que el promedio de yardas por aire que tienen los Jefes sin Charles es menor al que tenían con él.

Con Charles, Kansas City promedió 233.8 yardas por aire por partido, pero sin él, éste es de 221.3.Esto no quiere decir que Charles sea una pieza que sobre en el ataque del coach Andy Reid. El problema parece ser que así como los rivales enfocan su atención en frenar a Charles para limitar al ataque de Kansas City, los Jefes recurren, o recurrieron, en demasía al corredor, incluso en el juego aéreo.

La diversificación ha ayudado al ataque, pues darle demasiadas veces el ovoide a Charles también aumentaba el riesgo de que los Jefes perdieran la posesión del mismo.

En cinco juegos, Charles sufrió tres balones, dos de ellos en la Semana 2 ante Denver y el segundo de éstos le abrió las puertas a los Broncos a un triunfo que parecía improbable. En los primeros cinco duelos de la campaña, los Jefes perdieron siete veces el balón, cinco ocasiones ante Denver, para un –5 en el diferencial de balones perdidos/recuperados.

Luego de que West perdió un balón suelto ante Minnesota, Kansas City no ha entregado la posesión del ovoide en sus últimos cinco encuentros y la racha de Alex Smith de 283 pases sin ser interceptado ha sido clave en la eficiente marcha de su ataque.

En cambio, su defensiva ha robado el ovoide en 14 ocasiones en los últimos cinco partidos. El grupo encabezado por Justin Houston y Tamba Hali ha comenzado a capitalizar la presión a los pasadores rivales, pues durante la racha ganadora de los Jefes, la defensiva ha sumado 17 capturas de quarterback, 11 de ellas en los duelos ante Detroit (6) y Denver (5).

En los primeros seis juegos de la temporada, Kansas City sumó 13 capturas que, pero la presión defensiva no fue capitalizada con robos de balón. Sin ser un equipo arrollador, los Jefes han elevado su nivel en todas las fases y aprovechado las circunstancias al enfrentar y vencer a unos Acereros de Pittsburgh sin Ben Roethlisberger, a unos Leones que aún no se espabilaban al viajar a Londres, a Denver con la versión más errática que hemos visto de Peyton Manning en su carrera y a unos Cargadores de San Diego que prácticamente juegan sin línea ofensiva.

Los Bills de Búfalo son el equipo que más le ha exigido a los Jefes, al grado de que los dirigidos por Andy Reid tuvieron que remontar un déficit de 10 puntos.

Con un cierre de temporada en el que sus próximos cinco rivales tienen marca combinada de 19-36 (incluidos los dos juegos ante Oakland), los Jefes no sólo tienen la oportunidad de afianzar su posición en Playoffs sino de irrumpir como el rival al que nadie quiera enfrentar en enero.