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NFC OESTE

Así son las tripas de los Seattle Seahawks

La gran época dorada de la franquicia es justo ahora, por lo que su historia se está escribiendo a la misma velocidad que suceden estos años.

MadridActualizado a
Sep 27, 2015; Seattle, WA, USA; Seattle Seahawks tight end Jimmy Graham (88) celebrates with quarterback Russell Wilson (3) after catching a touchdown pass against the Chicago Bears during the third quarter at CenturyLink Field. Seattle defeated Chicago, 26-0. Mandatory Credit: Joe Nicholson-USA TODAY Sports
Joe NicholsonUSA Today Sports

El jugador número doce

Los Seattle Seahawks no pueden presumir del pedigrí de muchos de sus compañeros de la liga y, en concreto, de sus tres rivales de división, pues el origen tanto de los Cardinals como de los Rams y los 49ers, se remonta a mucho tiempo antes que ellos. Los Seahawks nacen en 1976 en una ciudad, Seattle, que quizás por apartada, allá en el noroeste de Estados Unidos, siempre se ha tomado a sus equipos deportivos muy en serio. Y esa es la gran esencia que les define. Están muy orgullosos de su jugador número doce, de los aficionados. Antes de cada partido se enarbola la bandera con ese número, normalmente lo hace alguna leyenda del equipo, y el público se vuelve loco con ese autohomenaje. Sí, no son tan antiguos, pero son imprescindibles, por únicos, en la NFL.

Su gran estrella: Marshawn Lynch

Recién retirado, ‘Beast Mode’ entra por derecho propio en la lista de leyendas de esta liga. Pieza fundamental en la Super Bowl y media que ganó el equipo durante sus años en el mismo. La otra media la perdieron por no confiar en él.

Su mejor momento

(Por Raul Cancio) Hasta que la tribu Kansa decidió practicar su War Yell en Arrowhead, el jugador nº 12 de CenturyLink, con 137.6 decibelios, ostentó el Guinnes World Record de la mayor captura sonora en un estadio al aire libre en el segundo cuarto del MNF del 2 de diciembre de 2013. Sí, en efecto, cuando Drew Brees pensaba que un Boeing estaba aterrizando sobre la línea de scrimmage.

PROPIETARIO: Paul Allen *****

Paul Allen, cofundador de Microsoft, compró a los Seahawks en mitad de los 90, entre rumores de venta del equipo, y les ha llevado a ser campeones. Su gestión es ejemplar.

MANAGER GENERAL: John Schneider *****

Considero que el trabajo de John Schneider al frente de los Seattle Seahawks es un ejemplo perfecto de lo que un general manager debe hacer en la época de las limitaciones salariales y los contratos de rookies que te duran tres, cuatro años a un precio sin igual. COn un fino olfato en el draft, y sin miedo a tomar decisiones arriesgadas, ha conseguido mantener una plantilla que en cada invierno amenaza desbandada, porque cuando ganas todo el mundo quiere su cahcito de gloria... y del espacio salarial. Su polñitica de dejar marchar, de forma selectiva, a piezas claves pero que no considera que se merezcan el dinero de imprescindibles que otras sí le han hecho no sólo capaz de construir un equipo campeón sino de mantenerlo.

ENTRENADOR: Pete Carroll ****

La contagiosa actitud de Pete Carroll es lo que más llama la atención de él en la banda. Eso y el aspecto casi hippy que le da a su relación con los jugadores. Pero esa mascarada puede llevar a engaño, ya que Carroll es, ante todo, un magnífico entrenador. No sólo un motivador, sino un fino estratega. Ha basado su éxito en una defensa fabulosa, ya dentro de los libros de leyendas y cantares de la NFL, pero su forma de afrontar el crecimiento de Russell Wilson es lo que le puede dar el pasaporte a Canton, al Hall of Fame de la NFL. Porque fue capaz de mimarle, de taparle, de dejarle ver como el juego terrestre dominaba el ataque, para luego usar su instinto de corredor precavido, de los que no toma riesgos innecesarios, hasta hacerle explotar ya como pasador en la última temporada. El juegador tiene mérito en sí mismo, por supuesto, pero el trabajo del entrenador es fabuloso.

ESTADIO: Century Link Field, un concierto de rock total

Los decibelios que se alcanzan en el Century Link Field no tienen comparación en ningún otro estadio de la NFL, salvo en Arrowhead, en Kansas City. Esto se debe, por supuesto, a que la afición de Seattle se empeña en montar un concierto de rock en cada partido de su equipo, en los que no dejan de pegar voces ni un instante. Pero no es menor la importancia de la forma de este edificio, que permite una sonoridad tan apreciada por este público vocinglero y pasional. En su día, Paul Allen insistió a los arquitectos que quería un infierno de decibielios, y estos cumplieron a rajatabla ese mandato.

AFICIÓN *****

Nada puede hacerles frente cuando se ponen a meter ruido. Pocos campos tienen un factor cancha tan acusado como el de los Seahawks.

CHEERLEADERS ****

Al igual que la franquicia, son atrevidas y originales en sus bailes, amén de tener un sentido estético muy desarrollado.

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PREVIA DE LA TEMPORADA DE LOS SEAHAWKS
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